¿Un crash en el horizonte?

«Crash. Ése es el titular del newsletter que llegó el pasado miércoles a mi correo, reenviado por un contacto en Unience. «Crash». Ese era el titular, ni más ni menos. Pero no sólo eso, el autor poní­a fecha a su predicción: entre dos dí­as y dos semanas. Es decir, entre el 20 de mayo y el 3 de junio, ya que el newsletter está fechado el 18 de mayo.

Claro, lo primero que fui a hacer es mirar quién firmaba aquello. Pero antes me fijé en otro detalle: estaba escrito desde ¡Javea! En plena costa alicantina. Y, en mi ignorancia, lo primero que pensé fue que se tratarí­a de un pseudo-asesor británico, de los muchos que hay por la zona, con ganas de protagonismo. Pero no…

Según me contó Kogiva, y después pude confirmar yo mismo, su autor no es precisamente un desconocido. Se trata de Raoul Pal, un ex gestor de hedge funds que ha trabajado en GLG (gestionando el GLG Global Macro Fund) y Goldman Sachs y que a sus 36 años decidió retirarse a disfrutar del sol de mi querida costa alicantina.

Desde allí­ actúa como «analista de economí­a e inversiones», según se define en su perfil en Linkedin, a través del newsletter de su sociedad The Global Macro Investor, desde la que lanzó el apocalí­ptico titular que les cuento.

Al parecer, el informe circuló por importantes mesas de Trading internacionales a lo largo de la semana. Según Pal, existe un patrón de gráficos históricos que evidencia grandes desastres en los mercados. Y ese patrón está a punto de cumplirse ahora.

Dice Pal que si esto ocurre, a lo que da un 75% de posibilidades, estarí­amos ante el inicio de la segunda fase de “la posiblemente mayor crisis de deuda de la historia”. Y augura un efecto dominó en paí­ses con impagos de deuda, en los que una de las piezas que caerí­a ya imaginan cuál es: el paí­s donde Pal ha decidido instalarse para disfrutarse de su clima y su belleza. Qué ironí­a.

¿Tendrá razón Pal? Quienes me habéis leí­do con frecuencia sabéis que no soy un gran creyente en los patrones históricos, que las cosas ocurren de un modo hasta que empieza a suceder lo contrario. Pero es evidente que nos enfrentamos a una situación crí­tica, un momento en el que parecemos estar en manos de una clase polí­tica sobrepasada por la situación, con escasa cintura para reaccionar.

Acaba su newsletter Pal diciendo que, por una vez en su vida, espera no tener razón en sus planteamientos. La misma lí­nea que exhibe en el comienzo del texto, pero en la que insiste en que cuando hace avisos de este tipo lo hace tremendamente convencido, como hizo en 2007 y acertó, o como ha realizado a sus clientes en otras grandes crisis.

Amigo Pal, yo también espero que no tengas razón…

Fuente: El Confidencial: No brain, no gain

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