El Diccionario del diablo. Letra: A

Como ibamos diciendo, el Diccionario del diablo (The Devil’s Dictionary) es la obra más conocida de Ambrose Bierce, un escritor distinto de fuerte personalidad. Y acerca del tí­tulo de esta obra, no se de dónde pudo surgir; pero como todo el mundo sabe el diablo tiene su atractivo. Y ¿quién es el diablo? Respuesta para Bierce: nosotros mismos.

En este libro Bierce afila sus dientes y ofrece una burla profunda del género humano al completo. De su organización y de los presupuestos lógicos y las creencias absurdas a que nos entregamos.

El autor se convierte así­ en un provocador que hurga en nuestra cosquillas para que de algún modo nos rebelemos contra ideas preconcebidas, contra esas «verdades» que se establecen impunemente y luego son adoptadas de manera natural y generalizada.

Dejo una pequeña selección.

Ambrose Bierce: Diccionario del diablo. Letra «A»

Abandonado, s. y adj. El que no tiene favores que otorgar. Desprovisto de fortuna. Amigo de la verdad y el sentido común.

Abdomen, s. Templo del dios Estómago, al que rinden culto y sacrificio todos los hombres auténticos. Las mujeres sólo prestan a esta antigua fe un sentimiento vacilante.

Absurdo, s. Declaración de fe en manifiesta contradicción con nuestras opiniones. Adj. Cada uno de los reproches que se hacen a este excelente diccionario.

Aburrido, adj. Dí­cese del que habla cuando uno quiere que escuche.

Adivinación, s. Arte de desentrañar lo oculto. Hay tantas clases de adivinación como variedades fructí­feras del pelma florido y del bobo precoz.

Admiración, s. Reconocimiento cortés de la semejanza entre otro y uno mismo.

Admitir, v. t. Confesar. Admitir los defectos ajenos es el deber más alto que nos impone el amor de la verdad.

Aire, s. Sustancia nutritiva con que la generosa Providencia engorda a los pobres.

Alianza, s. En polí­tica internacional la unión de dos ladrones, cada uno de los cuales ha metido tanto la mano en el bolsillo del otro que no pueden separarse para robar a un tercero.

Ambidextro, adj. Capaz de robar con igual habilidad un bolsillo derecho que uno izquierdo.

Amistad, s. Barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero a uno solo en caso de tormenta.

Ancianidad, s. Epoca de la vida en que transigimos con los vicios que aún amamos, repudiando los que ya no tenemos la audacia de practicar.

Anormal, adj. Que no responde a la norma. En cuestiones de pensamiento y conducta ser independiente es ser anormal y ser anormal es ser detestado. En consecuencia, el autor aconseja parecerse más al Hombre Medio que a uno mismo. Quien lo consiga obtendrá la paz, la perspectiva de la muerte y la esperanza del Infierno.

Año, s. Perí­odo de trescientos sesenta y cinco desengaños.

Aplauso, s. El eco de una tonterí­a. Monedas con que el populacho recompensa a quienes lo hacen reí­r y lo devoran.

Aristocracia, s. Gobierno de los mejores. (En este sentido la palabra es obsoleta, lo mismo que esa clase de gobierno). Gentes que usan sombreros de copa y camisas limpias, culpables de educación y sospechosos de cuenta bancaria.

Arquitecto, s. El que traza los planos de nuestra casa y planea el destrozo de nuestras finanzas.

Audacia, s. Una de las cualidades más evidentes del hombre que no corre peligro.

Autoestima, s. Evaluación errónea.

Ayer, s. Infancia de la juventud, juventud de la madurez, el pasado entero de la ancianidad.

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