Afán recaudatorio de los alcaldes: multas de hasta 1.500 euros por escupir en la calle

A la caza de ingresos. Los ayuntamientos quieren unirse a través de una ordenanza de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para regular al lí­mite las conductas y subir las sanciones. Podrí­an multarle con 3.000 euros por colgar una maceta sin protección, y hasta 1.500 euros por escupir en la calle o bañarse en el mar con bandera roja.

Los municipios cercan a sus vecinos. A partir de ahora, cuando se pregunte si está incumpliendo la ley o no con un determinado acto, no lo dude: seguramente estará cometiendo una ilegalidad, a tenor de la ordenanza que plantean ir aprobando los municipios, que acotan al detalle y amplí­an las conductas prohibidas en sus territorios.

 

Actos reprochables en la mayorí­a de casos, aunque en algunos casos rocen lo kafkiano como el poder llegar a considerar una manifestación no autorizada una reunión de amigos que el alcalde considere, según su personal criterio, demasiado numerosa. Pero actos también, en todos los casos, que suponen la ví­a más fácil para conseguir ingresos urgentes a costa de los ciudadanos y tapar así­ las deudas derivadas de la gestión de las autoridades locales.

 

Escupir en la calle, no utilizar cinta aislante para pegar carteles, arrancar musgo en un jardí­n o llevarse arena, sacudir una alfombra, cambiar el aceite del coche en plena calle, lavar el vehí­culo en la ví­a pública, regar las plantas fuera del horario que dicte su municipio, sacudir alfombras por la ventana, llevar perros sin correa, tirar papeles fuera de la papelera, poner publicidad en su coche… Estas conductas, y un sinfí­n más, se convertirán en conductas amonestadas en muchos municipios donde aún no lo eran. Y donde estos actos ya estaban mal vistos, pasan en multitud de casos a estar, además, multados. Y podrán sumarse, además, a otras sanciones ya existentes, como las relativas en algunos lugares a la ruptura del silencio de la noche dar de comer a las palomas, formar charcos o tirar un chicle a la calle.

 

Unión
Y es que parece que poquí­simos municipios se salvarán de la ofensiva, pues por primera vez en la crisis se unen todos los ayuntamientos al uní­sono a través de la nueva Ordenanza tipo de Seguridad y Convivencia Ciudadana de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que se va extendiendo por las mesas de los alcaldes para su estudio y en muchos casos segura aplicación. Los entes locales tienen así­ a su disposición un documento que podrán acoger en su totalidad o en las partes que vean convenientes. Basta con escribir el nombre de la localidad en el lugar habilitado al efecto en la ya preparada ordenanza de 74 páginas.

 

Grandes y pequeños municipios ya están estudiando esta ordenanza, justo en un momento en el que sus maltrechas cuentas han llegado incluso a oí­dos de la UE, que ha pedido al Estado que fiscalice las cuentas locales bajo la amenaza de poder contarles sus fondos si no presentan bien sus cuentas. Y lo hacen justo cuando los ciudadanos ya han sufrido fuertes subidas en concepto, por ejemplo, del IBI o tasas de las basuras en el ámbito municipal, o del IVA y el IRPF, en el nacional.

 

Las peores sanciones
Medidas, en definitiva, que supondrán un desembolso extra de 1.500 euros por cada hogar. Y que se sumarán, además, a los 500 millones que ingresará Tráfico incrementado un 10% el número de multas este año, tal y como tiene ya planeado.

 

Es en este escenario en el que la ordenanza municipal plantea, por ejemplo, la obligación de que la basura domiciliaria sea introducida dentro del horario fijado por el Ayuntamiento en bolsas debidamente cerradas que se colocarán en el contenedor más cercano. Y, si está lleno, no vale eso de dejar la bolsa a su suerte: hay que buscar el más próximo.

 

Colillas y parabrisas
Más prohibiciones: atención a las relaciones con los vecinos pues podrán denunciarle si pone a secar la ropa en el patio de forma que impide la entrada de luz en otras viviendas. Y más si no está suficiente escurrida.

 

Y es que el cuidado de los lugares públicos preocupa especialmente a la FEMP, que prohí­be esparcir o tirar todo tipo de octavillas en las ví­a pública, llevar animales sin correa o espiar en la basura.

 

Se acabó el negocio a quienes limpian parabrisas de los automóviles detenidos en los semáforos. Cuidado a quien timbre indiscriminadamente en los portales de forma que se impida el descanso nocturno, dé patadas ruidosas a residuos en la ví­a pública o se lave en una fuente pública.

 

La reprimenda será dura para quien deposite petardos o colillas en papeleras. Y también para el que ponga la música del coche tan alta como para que se oiga fuera… Porque además entonces no oirá la bronca correspondiente.

 

Multas usuales

· 3.000 euros
Será la sanción más elevada para quienes abandonen vehí­culos en la ví­a pública, coloquen macetas u otros objetos en ventanas o balcones sin la protección adecuada, arranquen o sequen árboles en parques y jardines, espacios verdes o montes. La misma multa se llevará quien impida a otro el uso de un servicio público o no cumpla las restricciones de riego y llenado de piscinas.

 

· 1.500 euros
Multa máxima para quien haga sus necesidades fisiológicas (como escupir y orinar) en la calle y, además, cerca de zonas concurridas o en zonas con monumentos distinguidos. Si no es en esos lugares, la multa se reduce a 300 euros. También abonarán hasta 1.500 euros los que explosionen petardos, no recojan excrementos en lugares públicos o tiren la basura fuera del contenedor.

 

· 750 euros
Cuantí­a máxima de la multa si, por ejemplo, se coloca publicidad sobre la parte exterior de los cristales de los vehí­culos. El mismo importe corresponde a quienes depositen en los contenedores de basura orgánica envases de vidrio y ligeros (plástico, metal, brick, etc.), papel y cartón. Está muy penalizado el baño en la playa con bandera roja: la sanción oscila entre 750 y 1.500 euros.

 

· 500 euros
Quien compre alimentos o bebidas en la venta ambulante no autorizada se enfrentan a una sanción de hasta 500 euros. Y es que la ví­a pública está en el punto de mira: si decide exponer a la venta su vehí­culo en ella sin permiso o se lanza a prácticas de tarot, masajes o tatuajes en la calle tendrá que abonar esa sanción. Los apercibimientos pueden llegar la multa cuando haya reincidencia.

Fuente: Expansión

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