Anoche, casi por casualidad, tuve el placer de ir con unos amigos/as a tomar unas copas a uno de los templos heavys por excelencia de nuestro querido Madrid: Excalibur. La verdad es que ya era bastante tarde (4:00h. de la mañana) e í­bamos todos un poco «contentillos». La idea surgió poco antes bebiendo algo en