El aventurero Simplicissimus

O de cómo la fortuna sonrí­e y da la espalda con pasmosa celeridad.

La picaresca

La figura del español vago, granuja y buscavidas es todo un estereotipo que probablemente adquirió carta de naturaleza a partir de la gran novela picaresca que floreció en nuestras letras entre el Renacimiento y el Barroco, allá por los siglos XVI y XVII.

El Lazarillo de Tormes, de autor anónimo y La vida del Buscón llamado don Pablos, de Francisco de Quevedo, abrieron el camino que otros muchos siguieron. Trazaron la radiografí­a de la sociedad de los miserables que poblaban los territorios del inmenso y poderoso imperio español en busca de una fortuna siempre esquiva.

La novela picaresca española debió ser algo muy serio, tanto como para que las obras se tradujeran y publicasen en muy poco tiempo por toda Europa y dieran lugar a distintas versiones locales del antihéroe ingenioso y pobre que lucha por su supervivencia.

El pí­caro novelesco suele representarse como un alma cándida a quien el azar ha arrojado entre congéneres que se comportan como alimañas y cuyo periplo de sufrimiento, humillaciones y aprendizaje le acabará convirtiendo de alguna manera en una alimaña más. «A la fuerza ahorcan«, como dirí­a el refrán.

El caso alemán

Influido por los romances picarescos españoles que ya debí­an de contar con cierta difusión en Alemania, Hans Jakob Christoph von Grimmelshausen (1621-1676) escribió en 1668 Der abenteuerliche Simplicissimus joya literaria del barroco alemán.

Grimmelshausen, pintura de 1641

Su tí­tulo completo en español (en alemán destrozaría la garganta latina de manera irreversible) es concretamente:

«El Aventurero Simplicissimus: la narración de la vida de un curioso vagabundo apodado Melchior Sternfels von Fuchsheim, de dónde y de qué manera vino a este mundo, de lo que aquí­ vio, aprendió, vivió y sufrió, y también de cómo voluntariamente renunció a él. Sobremanera divertido y muy provechoso de leer».

La propia existencia de Grimmelshausen resulta novelesca ya que con sólo diez años fue raptado por la milicia de Hesse, vivió en primera persona los avatares bélicos durante la Guerra de los Treinta Años, estuvo más tarde al servicio del obispo de Estrasburgo y al final de su vida fue nombrado magistrado, lo que le permitió dedicarse a actividades más llevaderas como la literatura.

Las aventuras de Simplicius Simplicissimus arrancan con un huérfano recogido por un aldeano zopenco que lo educa como si fuera un animal más de su granja.

Cuando uno de los múltiples regimientos que asolaban la Europa central durante la Guerra de los Treinta Años llega a la aldea de Simplicissimus, lo descubren salvaje y casi desnudo, con una inteligencia similar a los animales que cuida, y en un estado de candidez que asombra a los soldados.

Los soldados saquean la aldea y Simplicissimus, huyendo de ellos, topa en un bosque cercano con un ermitaño que le dará un nombre y los primeros rudimentos de sabidurí­a.

Muerto el ermitaño, nuestro antihéroe vaga por los caminos hasta caer prisionero. Su extrema inocencia divertirá a sus captores y éstos lo adoptan como bufón.

Luego se sucederán todo tipo de situaciones rocambolescas que ejemplifican su salida al mundo y posterior adaptación a él, hasta que finalmente consigue desembarazarse de su torpeza innata y se convierte en otro pí­caro más, fullero y avispado.

Ese pudiera ser el resumen de la historia de un muchacho miserablemente pobre que criado como un animal, creció mientras lo tomaban por loco y demostró al final ser un buen soldado y mejor ladrón.

Tanto espabiló que cosechó fortuna y amores… y después todo lo perdió. Entretanto atravesó media Europa, un continente devastado por las calamidades de la guerra donde eran frecuentes el pillaje y la brutalidad.

La obra, que sentó las bases de la novela barroca alemana, constituyó un retrato satí­rico-realista pero a la vez teñido de sentimientos acerca de las condiciones sociales que gran parte de la población hubo de soportar. Grimmelshausen escribió posteriormente otra narración de este género, «Landstörzerin Courasche» (La pí­cara Coraje), de corte feminista.

Simplicissimus es un documento que visibiliza una época convulsa del continente europeo.

En televisión

Tení­a guardada en la manga esta pequeña historia porque a lo largo de los años tropecé varias veces con un viejo recuerdo de televisión de mi niñez, una serie que hacía reír y al mismo tiempo impactaba poniendo al descubierto aspectos de la vida con mucha crudeza.

«El aventurero Simplicissimus» lo emitió TVE en la primavera de 1978 en horario de máxima audiencia y obtuvo bastante éxito a pesar de tratarse de una producción alemana, algo entonces un tanto exótico. Su protagonista, Matthias Habich, es un polifácético actor que ha consolidado después una larga y fructí­fera carrera (no hace mucho participó en «El Hundimiento»).

Nota informativa tal vez no demasiado relevante

«Simplicissimus» fue también el nombre de una revista semanal satí­rica alemana fundada en 1896 que estuvo publicándose hasta el año 1944. Se distinguió por un humor atrevido y un estilo gráfico sorprendente y por ella pasaron las plumas de escritores tan importantes como Thomas Mann, Rainer Maria Rilke, Hermann Hesse y Heinrich Mann.

Sus dardos tuvieron por destino a estirados militares prusianos y en general la rigidez social germana, dato más que suficiente para explicar que fuese perseguida y sufriera diversos contratiempos.

En 1898 las quejas del Kaiser Guillermo II tras ser ridiculizado en la portada provocaron la retirada del diario durante varios años y multa y prisión de seis meses para el dibujante y un articulista.

En 1906 el editor fue encarcelado por atacar a la iglesia. Como suele pasar, esas polémicas aumentaron la popularidad y tirada de la revista.

Durante la República de Weimar la revista salí­a a la calle entre ataques al extremismo de izquierda y de derecha, pero con la ascensión del partido nazi se vio sometida a amenazas y arrestos (incluso las oficinas de la revista fueron destrozadas). Después de un lento declive, «Simplicissimus» dejó de publicarse en 1944.

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