El Canon de Pachelbel: la madre de todas las melodí­as

Otoño de 1983. Un radiocassette enorme de color negro deambula por las habitaciones de nuestro piso de estudiantes en Córdoba. Depositado en el suelo por cualquier rincón, lo tenemos siempre en marcha.

Y resuena con nitidez y notable potencia arrojando por sus mega altavoces las musiquillas que vamos poniendo a cualquier hora del día o de la noche.

Lo mismo te digo Génesis y Jethro Tull, que te digo Serrat con sus Cantares de Machado, Boston, Miguel Ríos, Triana, Les Luthiers, y por supuesto los Ramones, AC/DC, Blondie, The Cars… amén de emisoras con programación New wave y tecno. Pero además tenemos a menudo puesto el majestuoso Canon de Pachelbel, que parece gustaba mucho a estos imberbes de 18 años.

Por alguna razón un amiguete había incrustado en una de aquellas cintas de cassette eternamente reutilizables esta pieza clásica que durante un tiempo fue uno de nuestros cortes más escuchados.

El autor de la tonalidad perpetua es Johann Pachelbel (1653-1706), destacado compositor de música barroca alemán y uno de los más importantes músicos de la generación anterior a Bach, de cuyo padre fue amigo.

Fue organista titular en diferentes catedrales y cortes centroeuropeas. Se casó un par de veces y tuvo ocho hijos, dos de ellos también músicos. Su obra permaneció olvidada tras su muerte y no fue recuperada hasta la primera mitad del siglo XIX.

Aunque son numerosas sus composiciones para órgano, clavicémbalo, corales, misas, cantatas, etc., sin duda su creación más célebre es el Canon en re mayor, o más simplemente, «el Canon» (por favor, añadir «de Pachelbel» para que no piensen que hablamos de la SGAE).

Suele incluirse en recopilatorios con otras piezas de la música barroca como el Adagio de Albinoni y el Aria de Bach; también se ha utilizado frecuentemente en celebraciones de bodas.

Compuesto hacia 1680 para tres violines y bajo continuo, el Canon de Pachelbel dibuja unos acordes muy caracterí­sticos y reconocibles, con el violonchelo repitiéndose todo el rato por abajo y una melodí­a preciosa arropando por arriba.

Con estos ingredientes y en base a una variación mí­nima se obtuvo el resultado de una cadencia eterna, una especie de «madre» de melodí­as, como demuestra el hecho de que siglos después sigue siendo objeto de numerosas audiciones, grabaciones y versiones con todo tipo de arreglos.

Curiosamente no fue hasta los años setenta del S. XX en que pasó de obra más bien oscura a objeto cultural reconocido universalmente. Desde entonces esta armonía por excelencia mora entre nosotros, incluso aunque no nos demos cuenta: en una plaza cualquiera, durante un evento, cenando en un restaurante, una sala de espera, en publicidad de cualquier tipo …

Especialistas de la música han confeccionado listas sorprendentes de canciones de éxito cuya base armónica se apoya sobre el canon de Pachelbel, no en vano en la música Pop casi todo el mundo la ha utilizado a su manera. Probablemente sea la pieza que más versiones ha conocido en la historia de la música.

Su rastro se hace visible en bandas sonoras de cine como «Volver a empezar» de Garci, «Gente corriente», series de TV y canciones que hacen uso de su progresión de acordes como «Go West «, tanto la de Village People como la de Pet Shop Boys, «Basket Case» de Green Day, «All Together Now» de The Farm’s o «Don’t Look Back in Anger» de Oasis.

Como puede apreciarse el afán por reutilizar la inmortal melodí­a no ha perdido fuerza nunca.

En un viejo video de Youtube un joven taiwanés apodado «Jerry C» interpreta el Canon con su guitarra eléctrica, el Canon Rock. Y lo hace magníficamente:

Canon Rock (JerryC)-The Original

O si prefieres esta otra variación, también con los arreglos del Jerry C pero al mástil un tal «Funtwo». Millones de veces visto y miles de comentarios (un día no muy lejano los asiáticos dominarán el mundo):

Funtwo-Canon

Y rematamos con el apocalipsis. Otra vez con los arreglos del Jerry pero ahora con la participación de cuarenta guitarristas aficionados de distintos rincones del mundo:

Ultimate Canon Rock

No todo el mundo ha de tener tan buenas vibraciones con el Canon ni buenas experiencias, incluso pudiera despertar agudo rencor.

En otro video de youtube con subtí­tulos en español el cómico americano Rob Paravonian parodia la persistencia del Canon de Pachelbel en nuestras vidas y demuestra cuántos músicos diferentes sucumbieron al plagio voluntario o involuntario, tal vez enganchados por la hipnosis del fondo armónico de una pieza maldita:

2 Comentarios

Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Privacidad y cookies

Utilizamos cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mismas Enlace a polí­tica de cookies y política de privacidad y aviso legal.

Pulse el botón ACEPTAR para confirmar que ha leído y aceptado la información presentada


ACEPTAR
Aviso de cookies