El edificio que se envió por correo

El 1 de enero de 1913 nací­a el Servicio Postal en Estados Unidos (USPS), que resultó ideal tanto para inmensas zonas rurales del paí­s como también para los habitantes de las ciudades emergentes. Agricultores, ganaderos, artesanos y comerciantes aprovecharon muy pronto la comodidad de recibir y enviar sus productos al mercado y el United States Postal Service se convirtió en un gran motor económico.


Fácil es suponer que a lo largo del tiempo han sido enviadas todo tipo de cosas a través de este servicio. Pues bien, el Banco de Vernal en el estado de Utah pasa por ser el mayor objeto enviado por correo postal ordinario a lo largo de la historia. Por supuesto no el edificio en sí­, sino los ladrillos usados para su construcción, así­ que el tí­tulo para esta entrada pudiera parecer tramposo sin ser falso.

William Horace Coltharp, uno de los directores del Banco de Vernal, decidió construir el primer edificio de ladrillo de la pequeña ciudad y establecer en él la institución. Tenía además la intención de dedicárselo a la memoria de su padre. Después de consultar con distintas entidades prestamistas locales adquiere un terreno y comienza a elaborar el proyecto en la esquina de una de las zonas más comerciales.

Una carreta del Servicio Postal en Estados Unidos en 1914. Aunque por entonces ya se utilizaban camiones, la antigua tracción animal predominó hasta la década de 1920.

Coltharp habí­a conseguido un buen precio para los materiales de construcción con una compañí­a, el problema es que estaba ubicada cerca de la capital del estado, Salt Lake City, es decir, a casi 300 Km. de distancia, y calculando los costes de transporte hasta Vernal no resultaba nada rentable.

Y entonces tuvo un golpe creativo. Conociendo los precios populares que el Servicio Postal tení­a en la ciudad para implantar su servicio, decidió mandar todos los ladrillos (unos 80.000) por este medio, ateniéndose a las estipulaciones normativas del servicio: los ladrillos hubieron de ser embalados cuidadosamente en cajas de peso inferior a 50 libras (22 Kg) no pudiendo enviar más de 40 cajas al mismo tiempo, lo que suponí­a un máximo de 900 Kg por enví­o.


Todos los ladrillos se enviaron con éxito y el edificio pudo completarse según el presupuesto previsto. Abrumada por el caso, la compañí­a postal decidió desde entonces cambiar la normativa y prohibir los enví­os de más de 200 libras. En una aclaración a dicha norma la administración postal indicó que no podí­a consentir «que los edificios sean enviados por correo».

Los vecinos apodaron al banco como «El paquete postal». Hoy el edificio sigue en pie como sede del Zion´s Bank.

Lectura provechosa para seres boquiabiertos, una vez más procedente del Blog de Kurioso donde conocí la historia.

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