Guí­a del autoestopista galáctico

Arthur Dent atraviesa una mala racha. Su casa está a punto de ser derribada por las autoridades municipales, descubre que su mejor amigo es un alien y para colmo se entera de que en pocos minutos el planeta Tierra va a ser aniquilado por los Vogones para construir una autopista espacial.

¿De qué se quejan los terrí­colas si los planos y órdenes de demolición de su planeta han estado expuestos durante cincuenta años en el departamento de planificación local de Alpha Centauro? Han tenido tiempo suficiente para presentar las alegaciones pertinentes. Ahora la única oportunidad de Arthur para sobrevivir es conseguir que alguien le saque de ahí­ en una nave espacial.

Dicho y hecho… Así­ el hombre más corriente del mundo se verá embarcado en una extraordinaria aventura alrededor del universo, un periplo que comienza justo el dí­a en que nuestro mundo desaparece.

Sacudido por paradojas sin fin, Arthur aprenderá que nada es lo que parece y que una toalla es el objeto más útil del universo. Descubrirá el significado de la vida y que todo lo que necesita saber está en un libro llamado la Guí­a del Autoestopista Galáctico.

The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy (Guí­a del autoestopista galáctico) nació como radiocomedia en 1978 de la mano del gran Douglas Adams. Le siguió una serie de libros, una serie para la televisión, un juego de ordenador y, después de muchos contratiempos y aplazamientos, la versión cinematográfica en 2005, algo que el propio Adams no llegarí­a a ver.

Es conocida como «trilogí­a en cinco partes» porque inicialmente fueron tres, luego cuatro y finalmente cinco los libros que componen la serie:

Hasta luego, y gracias por el pescado Douglas Adams 1984

  1. Guía del autoestopista galáctico (1979)
  2. El restaurante del fin del mundo (1980)
  3. La vida, el universo y todo lo demás (1982)
  4. Hasta luego, y gracias por el pescado (1984)
  5. Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva (1992)

La serie sigue las desventuras de Arthur con su amigo Ford Prefect, un extraterrestre de un planeta pequeño cerca de la estrella Betelgeuse.

Les acompañarán un tal Zaphod Beeblebrox, presidente galáctico efí­mero que salva al dúo en su nave espacial robada «El Corazón de Oro» y en cuya tripulación figuran el androide paranoico Marvin y Trillian, única mujer superviviente de la Tierra.

En la Guí­a del autoestopista galáctico los personajes visitan el legendario planeta Magrathea, cuna de la colapsada industria de la construcción de planetas y conocerán a Slartibartfast, un arquitecto de planetas.

Una raza de hiperinteligentes seres pandimensionales -finalmente ratones- construyen un super ordenador llamado Pensamiento Profundo («Deep Thought») para averiguar la respuesta al sentido de la vida y del universo. Como después de millones de años de espera la respuesta es simplemente 42, se verán forzados a construir un ordenador aún más poderoso.

Estas y otras muchas extrañas situaciones y conceptos, como el pez de babel, la poesí­a vogona, los contrasentidos espacio-temporales, la Energí­a de la Improbabilidad, la alteración de la materia, aderezan un relato de ciencia ficción satí­rico y estrafalario presidido por una fantasí­a desbordante y el humor fino y absurdo de la mejor tradición inglesa.

Lo cierto es que cuesta detallar una trama así, tan anárquica y al mismo tiempo tan lúcida con los interrogantes humanos.

Douglas Adams

Douglas Adams (Cambridge, 1952-Santa Bárbara, 2001) habí­a estudiado filologí­a en la Universidad de Cambridge y trabajó como becario para costearse un viaje por Europa y Turquí­a. La idea de su obra más famosa se gestó cuando se encontraba en un prado de Innsbruck leyendo un libro sobre el autoestopismo por Europa.

Adams perteneció durante su época universitaria al grupo cómico «The Footlights«, germen de los geniales e inimitables Monty Python.

En 1977 consiguió firmar un contrato para un programa de radio sobre ciencia-ficción, «The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy», que fue emitido por la BBC Radio a partir de 1978.

En 1999 se mudó a California con motivo del rodaje de la versión cinematográfica pero murió repentinamente de un infarto en un gimnasio. En honor a este hecho se celebra cada año el 25 de mayo el Dí­a de la Toalla, verdadera cita friki.

Al momento de su muerte, la serie Guí­a del autoestopista galáctico habí­a vendido más de quince millones de copias.

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