Gustave, el cocodrilo asesino del Nilo

Gustave es un cocodrilo del Nilo gigante que vive en Burundi. Con una longitud de al menos 6m. y un peso de aproximadamente una tonelada, es el cocodrilo más grande de África.

En el sureste de Asia y en el norte de Oceaní­a existen cocodrilos marinos (Crocodylus porosus) que pueden sobrepasar de forma excepcional esa medida. En el este de la India el Libro Guinness de los récords ha confirmado la existencia de un individuo de 7 m. Sin embargo, Gustavo podrí­a ser el mayor cocodrilo del Nilo jamás encontrado.

El nombre Gustave se lo puso Patrice Faye. Faye y un equipo documental intentaron capturar a Gustavo en 2002 usando una trampa enorme, pero el cocodrilo no sólo la evadió sino que también pareció mofarse del equipo. El intento infortunado fue detallado en un documental un tanto sensacionalista titulado Capturando el cocodrilo asesino, emitido en PBS en 2004.

Niños con una foto del cocodrilo en el rio Ruzizi

Basándose en su tamaño, se estima que Gustave tiene al menos 65 años. Fue visto más recientemente en febrero de 2008 por fuentes de la Sociedad Geográfica Nacional. Se le reconoce por las cicatrices de bala que cubren su cuerpo, debidas a disparos de soldados y cazadores furtivos.

En los últimos 20 se calcula que puede haber matado en Burundi, entre el rí­o Ruzizi y la ribera norte del Lago Tanganica, a más de 300 personas. 17 en apenas tres meses.

Patrice Faye, un naturalista autodidacta, es el único problema del gigantesco saurio de seis metros de longitud y más de una tonelada de peso. Desde hace once años este francés vive obsesionado con cazarlo. Lo ha intentado de todas las maneras posibles pero el animal, por poderoso y por inteligente, ha logrado siempre escapar de él. También de los numerosos disparos recibidos a lo largo de su mortí­fera existencia, apenas unas cicatrices en su acorazada piel.

El río Ruzizi en el África Central desemboca en el lago Tanganica y forma la frontera entre la República Democrática del Congo, al oeste, y Ruanda y Burundi, al este.

Pero contra todo pronóstico, el cazador se ha vuelto ecologista, se ha enamorado de su ví­ctima. Y Patrice Faye acaba de indultar a su enemigo. Ya no lo quiere matar. Según ha anunciado en la BBC, su principal objetivo es ahora capturarlo vivo y colocarle un dispositivo rastreador que permita conocer sus andanzas y avisar a la población del peligro.

¿Hace bien en perdonarle la vida? Sin duda ese animal debe ser formidable, de una importancia natural y genética única. Desde mi confortable casa en Europa me parece justo que no se lo mate, aunque si yo viviera en una frágil cabaña junto al rí­o en Burundi quizá no pensarí­a igual.

Patrice Faye

¿Capturarlo y llevarlo a un zoo? Imposible, pesa una tonelada y sus fauces pueden partir por la mitad a un hombre de un solo bocado.

El naturalista francés, obsesionado, ha repartido una docena de teléfonos celulares entre la población local para que si lo ven pueda acudir allí­ antes que nadie. Lo quiere sólo para él. La posibilidad de que alguien lo capture antes no la acepta, como ha explicado a la BBC, lo considerarí­a una traición del animal a su devoto perseguidor.

«Me sentirí­a como si me robaran algo. Voy a permanecer fiel a él y espero que él haga lo mismo».

Sin caer en sentimentalismos, reconozco mi corazón dividido ante el dilema de qué hacer con Gustavo.¿Lo matamos o dejamos que siga matando?

Fuentes

Wikipedia
Indulta a un cocodrilo que se ha comido a más de 300 personas

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