Los cojones de comportarse como un hombre sin religión

Esta semana, en parte por curiosidad y también por circunstancias, he tenido que hablar con varias personas sobre espiritualidad, religión y Budismo. Os cuento.

Con 15 años tuve una pequeña crisis espiritual que me llevó a devorar con asiduidad decenas de libros de tipo religioso: la Biblia, el Corán, el Sutra de la Flor de Loto, el Tao Te Ching…

Con el tiempo me aficioné al estudio de la espiritualidad y las religiones y a dí­a de hoy es una de mis muchas aficiones.

Por supuesto, todo lo que leí­ al respecto me hizo llegar a una bonita conclusión: Nadie tiene ni puta idea.

La verdad, agradezco profundamente haber leí­do sobre espiritualidad porque me permite discutir con gente sobre estos temas con una confianza suficiente como para rebatir en muchos casos los argumentos que mis adversarios dialécticos proponen (los cuales a menudo muestran menos conocimiento de su propia religión que yo mismo).


Casualmente discutí hoy sobre Budismo en un foro de Internet (Menéame) con una persona. Percibo que la peña anda bastante perdida espiritualmente.

Cuando el Catolicismo ha fracasado en Occidente y el Islam no es mucho mejor, la solución que la gente está aplicando a su sed de inmortalidad pasa ahora por idealizar las religiones orientales. Parece ser que hay una corriente de «conversos» al Budismo en toda partes. Hay sed que parece insaciable.

Así­ que hablando de esto, os contaré algunas cosas menos amables del Budismo original, no el de andar por casa que a tantos le ha dado por practicar (y fardar de ello) y que muchas veces adolece de fundamentos sólidos:

1) Toda vida es sufrimiento

Los budistas poseen una visión bien negativa de la vida, como algo de lo que hay que escapar. Y para ello deben salir de la rueda de las sucesivas e infinitas reencarnaciones alcanzando el Nirvana. Nirvana significa «extinción» en sánscrito.

El Nirvana sólo es un primer paso, lo siguiente consiste en olvidarse de un mismo, diluirse en el «vací­o», el cual se podrí­a traducir como universo.

Esta desaparición o suicidio espiritual es debida a que para los budistas cualquier forma de «consciencia del ser» producirá sufrimiento (la resignación budista es aún mayor que la cristiana).

2) Los budistas originales, gente bastante chunga

El budismo original, el primigenio, el antiguo, el que practicaba el propio Buda, es denominado Hinayana (pequeño vehí­culo) y era una filosofí­a bastante peculiar donde el amor es el constructor eterno del universo representado por los hindúes por las danzas de Shiva.

Por lo tanto, como el amor te ha atado al mundo, te obliga a reencarnarte para huir de él.


El Hinayana condenaba el matrimonio, el tener hijos, la amistad y la diversión, el cariño, la homosexualidad, el sexo… Sólo cuenta esforzarse en alcanzar el nirvana.

800 años después se ideó una cosa denominada Mahayana («Gran vehí­culo»), no más que un budismo «light» ideado con el objeto de que todo el mundo pudiera practicarlo. Es necesario disponer de una religión que mantenga al pueblo satisfecho.

El Mahayana crea la divinización de Buda, los Bodhishatavas, una especie de santos que viven en los «cielos budistas», las reglas para los laicos. etc.

3) No se puede vivir sin el «yo»

Por mucho que los Budistas se empeñen en vivir sin el «yo», imposible es no hacerlo. El «yo» conforma nuestra personalidad, nuestra forma de ser genuina y probablemente sea una de las principales armas para no enloquecer.

No tener un «yo» equivale simplemente a convertirse en catatónico, como si fuéramos una piedra o un mueble, de hecho en Tailandia muchos hombres considerados santos se inducen una catatonia y hay que darles de comer y limpiar el culo cuando se cagan.

4) El Budismo tiene mucho de superchería. Exactamente como el resto de las religiones

El Budismo popular (por ejemplo en Tailandia o el Tibet) cree firmemente en la magia, el horóscopo, los números que dan mala suerte, en adivinos, espí­ritus del bosque, demonios y fantasmas y por supuesto utilizan todo tipo de amuletos y talismanes.

5) El Budismo es homófobo y machista

Efectivamente, Buda condenaba la homosexualidad y consideraba a las mujeres seres estúpidos, enamorados de los bienes terrenales y que jamás alcanzarí­an la iluminación.

Por lo tanto el problema principal que tenemos hoy en Occidente es que estamos en proceso de huida de una religión tradicional terrible (el Catolicismo) para entregarnos a otras religiones y creencias idealizadas pero igual de absurdas.

La ciencia es sencilla, pero exige un gran y constante esfuerzo que la mayoría no está dispuesta a emprender.

Quizás deberí­amos empezar a pensar que no existen los Dioses, la reencarnación, el paraí­so, el más allá, ni la Virgen Marí­a y tener los cojones de mirar el mundo de frente para comportarnos como hombres de verdad.

Es probable que de este modo comencemos a descubrir nuestro verdadero poder como seres humanos y alcancemos un modo de libertad.

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