Rafael Alvárez Merlo: De «Decisión al ocaso»

Heridamente quieta está la tarde;

las golondrinas trazan una fuga
hacia el oro inclinado de poniente,
al imposible lado de la vida

(…)

tan sólo un ala quiso darme el cielo:
con fe serena y con el propio esfuerzo
elijo la pobreza por mis manos:
quieta y herida como está la tarde,
parece suspendida eternidad
el inquietante incendio de los sueños.

Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Privacidad y cookies

Utilizamos cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mismas Enlace a polí­tica de cookies y política de privacidad y aviso legal.

Pulse el botón ACEPTAR para confirmar que ha leído y aceptado la información presentada


ACEPTAR
Aviso de cookies