Spam, aprendiendo a convivir con la basura

Condenados a vivir entre basura publicitaria de todos los medios tradicionales más los no tradicionales, nosotros los ciudadanos intentamos refugiarnos en el escritorio con el ordenador para concentrarnos en nuestras cosas y eludir ese tipo de interrupción absurda que provoca la avalancha de spots. Pero ahí tampoco nos libramos. Las cartas ya estaban echadas…

El siguiente gran objetivo publicitario fue claramente la Red de redes.

No estamos a salvo tampoco frente al ordenador y el intrusismo atosigante cada día nos hace perder el tiempo borrando Spam, innumerables mensajes ajenos y zafios. Para conocer el curioso origen del término, no dejéis de visitar esta página.

El Spam a estas alturas

En primera lí­nea de los grandes problemas que actualmente afronta Internet está la proliferación del correo basura o correo no solicitado, que no aporta al receptor más que molestias y pérdida de tiempo.

Según unas u otras estadí­sticas el spam puede constituir entre el 50% y el 85% de todo el correo electrónico que se mueve por Internet. Es una barbaridad, mucho tiempo que malgastamos para examinarlo y mucho dinero invertido en medios tecnológicos y humanos para minimizar su impacto, que no su erradicación, la cual es hoy por hoy poco menos que imposible.

Los proveedores de acceso a internet se ven obligados a incrementar recursos en servidores de correo más inteligentes, sistemas de filtrado más potentes y máquinas y personal especializados en estas batallas, lo cual a su vez puede repercutir negativamente en las tarifas que luego apliquen a sus clientes, a todos nosotros.

Y hay más. El Spam genera cazadores de fortuna en ambos bandos.

Por un lado los atacantes, por el otro los que ingenian soluciones para contrarrestarlo. Negocio por un lado, negocio por el otro y nosotros en medio. ¿Alguien da más?

Pues sí­, un actor más: las instituciones del gobierno, con determinados grupos de presión detrás que, preocupados por los efectos de todo esto, realizan cada poco tiempo propuestas anacrónicas o restrictivas. Como les atemoriza que los tilden de desfasados y absurdos prefieren terapia de choque: restringir en nombre del bien común.

Queda saber si en el futuro inmediato se implantará un intervencionismo estatal en la nuevas tecnologí­as que, ante la duda, prefiere recortar libertades.

Ruido y mucha actividad

Un porcentaje brutal de ancho de banda lo copa la actividad generada por spam.

Son mensajes que, aunque arrojamos a la papelera al vuelo, sabemos que hablan de viagra, proponen fórmulas para alargar atributos, reducir sebo, obtener ganancias con poco esfuerzo, conocer a tu media naranja, etc. etc. etc.

Está claro que nada de eso que ofrecen interesa, pero ¿por qué no desaparecen?. Porque tu dirección de correo circula sin control. Porque la diste una vez despreocupadamente o bien la han cazado por otros medios.

Aunque hayas sido muy cuidadoso con el tema, no te preocupes, el spam también te alcanzará. A fin de cuentas basta con una minúscula fuga tanto propia como ajena para caer en las garras de los spammers. Para recibir correo basura sólo hace falta eso, tener una dirección. Y viceversa: los que enví­an correo basura necesitan ante todo disponer de listados de direcciones, cuantos más mejor.

Una vez acostumbrado a borrar rápidamente todo el spam nada más abrir el correo, todo parece ir bien. A fin de cuentas es lo mismo que con el correo convencional: los folletos del buzón van rapidito a la papelera.

En el caso del ordenador últimamente incluso me divierte echar una ojeada a pintorescos nombres de remitentes, a menudo una especie de spanglish disparatado. Algunos ejemplos recopilados esta misma semana:

Rosario H. Cleveland
Edwardo Werner
Kelly Gutierrez
Harvey Picciola

Y unos más que anoté hace tiempo porque me hicieron mucha gracia:

Refugio Perry
Mariquita Huttunen
Benito Britton
Amado Garrison

Las armas del spammer

Los spammers obtienen listas de direcciones de correo electrónico gracias a la utilización de robots, automatismos que rastrean la red incesantemente:

1. En cualquier página web, que internamente es probable almacenará direcciones.

2. En foros, blogs, grupos de noticias y listas de correo, donde existe gran actividad y muchas direcciones expuestas.

3. En cadenas de emails tí­picas con chistes y gracietas que acumulan montones de direcciones visibles en el cuerpo del mensaje.

Y por supuesto con métodos más expeditivos:

4. Comprando bases de datos con ingentes listados de usuarios con correo.

5. Entrando «por las malas» en servidores.

6. Con los llamados «ataques de fuerza bruta», pruebas de ensayo y error que generan direcciones de forma aleatoria y verifican si llegan los mensajes.

7. Otras técnicas sofisticadas y efectivas son los troyanos invadiendo sistemas mal protegidos. Así los spammers consiguen esclavizar ordenadores, denominados zombies, para que enví­en spam bajo sus órdenes. Supone hacerse con verdaderos ejércitos de PCs distribuyendo mecánicamente correo basura por todo el orbe y con mejor ancho de banda que nunca.

Para colmo, estos equipos pueden ser «marcados» por los propios servidores de correo de nuestro ISP como fuentes de spam e incluidos en listas negras.

Una vez hecha la recolección de direcciones de correo válidas y operativas, el spammer ejecuta programas encargados del enví­o masivo.

Si os preguntáis si merece la pena tanto esfuerzo, la respuesta es: sí­. Pensemos que el coste es mí­nimo aunque se trate de millones de destinatarios, y que sólo con que un 1% los lea ya serí­a rentable para la empresa propagadora.

Precauciones ante el spam

Los filtros anti-spam están bien, por supuesto, aunque sirven hasta cierto punto. Las técnicas de spammers, muy ingeniosas, siempre están un paso por delante.

Para minimizar el impacto del correo basura, unas ideas sencillas:

– Considera tu dirección de correo electrónico con el mismo tratamiento que das al resto de tus datos personales: discreción y confidencialidad.

– No subscribirte compulsivamente a foros, servicios y demás. Sin embargo como muchas veces se hace inevitable registrarse para acceder o descargar algo que interesa, la mejor opción es contar con una dirección de correo solamente utilizada para eso. Así­ el grueso del spam irá a esa cuenta, el basurero.

– Otro truquillo para esquivar rastreos de robots es poner tu dirección con otro formato. Por ejemplo en lugar del consabido: [email protected], utilizar: fulanito (ARROBA) dominio (PUNTO) com

– Pasa de participar en cadenas de correos chorras o responder a solicitudes extrañas de petición de la dirección.

– En enví­os a múltiples destinatarios, mejor usar la opción «CCO» (con copia oculta), para que no sean visibles el resto de contactos.

– No responder nunca al mensaje de una fuente desconocida, por mucho que prometan. Sólo conseguirí­as confirmar que tu cuenta existe y activa y acabarás recibiendo más. Por otra parte, bloquear mensajes que contengan en el asunto palabras como «viagra» no siempre es efectivo, ya que los spammers introducen faltas intencionadas de ortografí­a, espacios y otros sí­mbolos en aquellos términos más propensos a ser bloqueados (por ejemplo «V14GR4″ en lugar de VIAGRA»).

– Y finalmente no puede dejarse de lado mantener el equipo en condiciones, con las actualizaciones de seguridad, firewall y antivirus al dí­a. No se trata sólo de troyanos de spam sino de todo tipo de Spyware pululando por ahí­ y amenazando con tumbar tu Windows, digo tu equipo.

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