Una inedia de tres pares de cojones

Se denomina inedia sencillamente a no comer, concepto ligado a la mística propia de distintas religiones que va más allá del simple ayuno. Y aquí­ tocarí­a hablar de santos, santones e iluminados, principales protagonistas de tan duro sacrificio autoimpuesto).


No es nuevo; existen muchos personajes a lo largo de la historia a los que se atribuye un tiempo de abstinencia alimentaria superior al que resiste un cuerpo humano normal, por aquello de despegarse de ataduras terrenales y poder así­ alcanzar un estado espiritual superior etcétera, etcétera.

Bien, sin embargo hace nada de tiempo estuvo saltando una noticia por los informativos propagándose con insistencia:

«Un hombre lleva 74 años sin comer».

Así­ de sopetón, sin anestesia. A partir de entonces muchos abordaban cualquier conversación así­: «¿has visto al tí­o ese que lleva 74 años sin comer?» Claro, como no. ¿Y tú no has visto al enano de los huevos gordos que duerme cada mañana en mi taza del desayuno?

Una noticia realmente chocante, sobre todo cuando se añadí­a, como vacuna anti-escépticos, que estaba siendo estudiado por los cientí­ficos y que éstos habí­an declarado sentirse desconcertados con el caso.

Uno de los titulares fue éste:

«Un hindú que no necesita comer ni beber asombra a los cientí­ficos.»

Desde luego la prensa ya no es lo que era, ni siquiera la considerada como prensa seria. ¿Dónde se ha metido este hombre todos estos años? Marchando otra ración diaria de periodismo magufo.

Y ahora, datos

Prahlad Jani, más conocido como Mataji, es un asceta hindú que asegura no haber probado bocado ni haber bebido nada en los últimos 74 años (ahora tiene 82). El hombre ha pasado quince dí­as en un hospital bajo la supervisión de especialistas del Departamento Cientí­fico del Ministerio de Defensa indio, interesados en conocer qué habí­a de verdad en su historia. Y los doctores han quedado impresionados. Durante ese tiempo, el yogi no comió ni bebió ni necesitó ir al baño, una hazaña que no parece humana.


Conservo aún la estúpida convicción de que lo más sensato es dudar de aquello que parece descabellado y por Dios que esta noticia lo es.

Vamos a ver

En primer lugar, se ha impedido que investigadores independientes, más escépticos que los otros, investiguen a este sujeto. Existen imágenes donde se ve cómo se levanta de la cama y va a no se sabe dónde y cómo mucha gente entra a saludarle, le tocan, se acercan a su cama… Se le ve llevarse las manos a la boca… Es decir, las condiciones no están en absoluto controladas y serí­a muy fácil que alguien le pasara comida.

Supondremos que no orina, no caga. Si su sistema digestivo no es utilizado, ¿en que estado se encontrará? ¿Tal vez inservible y más seco que la mojama?

Si no obtiene energí­a de los alimentos debe de estar haciéndolo de otras fuentes. ¿Acaso se ha demostrado que la epidermis pueda captar energí­a solar y convertirla en los nutrientes necesarios para sobrevivir? Y sin embargo éste tí­o parece que hace la fotosí­ntesis. Él, humildemente, atribuye su situación, a una antigua técnica de meditación de yoga y por supuesto a una bendición divina.


No es moco de pavo lo que ha conseguido el venerable anciano. Si pudiéramos aprender a vivir sin comer:

  • Se resolverí­a para siempre el problema del hambre, salvándose millones de vidas en todo el mundo.
  • Todos esos cocineros de televisión tendrí­an que hacer sus shows en otro lado y sin sartenes.
  • Resultarí­an innecesarias tanto la agricultura como la ganaderí­a.
  • Habrí­a que reformular todo lo que sabemos de fí­sica, quí­mica, bioquí­mica, fisiologí­a de los seres vivos, medicina… y muchas más consecuencias que ahora no se me ocurren.

No ha sido ni el primer ni el último faquir que afirma vivir del aire; es un truco tan viejo como el de la levitación y hay constancia de que Prahlad Jani practicó el mismo numerito publicitario en el año 2003.

Llama la atención que el jefe del grupo investigador, Sudhir Shah, aunque médico neurólogo, tenga como mayor especialidad la lucha por legitimar las creencias religiosas y mí­sticas. Además es miembro destacado de la iglesia jainista y presidente de la Federación India de Médicos Jainistas. Médico, sí­, pero especialista en inedia y meditación y defensor de la práctica de la compasión y la abstinencia sexual.

Otros galenos de la India han afirmado cosas parecidas sobre faquires en otras ocasiones. En definitiva, no escasean por allí­ los médicos que avalan distintas manifestaciones misteriosas.

Al otro lado está Sanal Edamaruku, presidente de la Asociación Racionalista de la India, quien pidió la oportunidad de estar presente en la experiencia de 2003 y en la de 2010. No se lo permitieron.

Edamaruku se ha dedicado a desenmascarar farsantes. Una de las pruebas que utiliza es tan sencilla como darles un emético, sustancia que actúa sobre los nervios de estómago provocando el vómito. Curiosamente siempre salen restos de comida con la pota.

Hay mucho convencido de que es posible trascender la realidad fí­sica hasta convertirse en ente espiritual. Está bien eso pero convendrí­a ser menos pardillo y no leer demasiada literatura de autoayuda. Siempre conviene escuchar al bueno de James Randi. para recuperar un poco del sentido común que suele abandonar nuestras frágiles cabezas.

Fuente principal: El retorno de los charlatanes

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