Escribamos para entendernos

Después de años respirando Internet y más años aún en el Mundo Real, he visto, primero con divertido interés y luego con creciente estupor, que la forma de escribir y de expresarse van generalmente en franco retroceso. En la calle, en cualquier canal o medio de comunicación y por supuesto en todo tipo de foros y páginas webs, la ortografí­a y la gramática al uso se presentan a menudo bajo un estado lamentable, fruto de una depravación del lenguaje iniciada hace tiempo y que hoy ya es un hecho extendido.

Muchas veces se apuntan entre las causas de esa «degeneración» a la poderosa subcultura del chat y el SMS que han atrapado a chavales de los cinco continentes bajo el influjo del lenguaje instantáneo, recortado, pobre y sin matices. No se ven obligados a redactar, ni a buscar alternativas en el vocabulario, ni a corregir palabras. Sólo cuenta la inmediatez, de modo que esto es reduccionismo extremo del lenguaje con todas sus consecuencias.

El trabajo con el lenguaje y la lectura desde la escuela primaria siempre ha estado ahí; todos lo hemos mamado. No requiere una especial y fuerte disciplina, forma parte de los deberes naturales para todas las generaciones., espacios adecuados y tiempo, tres cosas que precisamente ahora escasean.

Hoy no lo se, pero hace 20 ó 30 años la asignatura de Lengua Española se estudiaba con rigor, al menos fue mi caso y no resultaba nada divertido porque exigí­a esfuerzo a lo largo de muchos cursos. Desde muy pequeños nos suspendí­an con toda naturalidad si en un examen cometí­as un número determinado de faltas de ortografí­a, independientemente de las respuestas y cada dí­a tocaba un extenso dictado con el que puntuaban (te podí­a caer un cero a partir de x errores), amén de preparar en casa una redacción a la semana que si la hací­as deprisa y mal, no colaba, te la echaban para atrás.

Más tarde se suponí­a que habí­as superado los problemas con la ortografí­a pero entonces llegaban duros profesores de instituto que no admití­an por ejemplo un comentario de texto apresurado. Exigí­an que dominaras mí­nimamente no solo la redacción de lo escrito, sino también algunos recursos expresivos del lenguaje.

Pelear con aquellos libros de texto de antipáticos lingüistas producí­a sudores y no era nada raro cargar con la asignatura de Lengua para Septiembre. Padecer, padecí­as, pero al menos lo aprendido sirve para siempre.

Por otro lado hay que decir que el mejor de los maestros contra los miedos a la redacción, la ortografí­a y el vocabulario, ha sido y será siempre la lectura. Un mí­nimo de apetito por ella y estás salvado. Tampoco descarto la influencia de personajes como el insigne Lázaro Carreter, auténtica «bestia negra» de maltratadores de nuestro idioma. Pero don Fernando se nos fue, ahora no hay tiempo para escuchar a quienes emplean una frase larga y esto comenzó a ir de culo, cuesta abajo y sin frenos.

Las declaraciones de famosos, famosetes y famosillos de tres al cuarto no van a ser un buen ejemplo de oratoria y, continuando con la televisión, tanto las series españolas como los realities si de algo pueden alardear es de lenguaje chabacano. Tampoco contribuyen a mejorar el panorama.

Por último, vamos a dejarnos de historias, hace varias décadas una persona cualquiera sin estudios solí­a en general expresarse mejor que un universitario de hoy en dí­a.

En la parte que me toca cada entrada de este blog se redacta con cuidado, revisando la redacción y la ortografí­a las veces que haga falta antes de publicar. El recuadro para insertar un comentario es como un papel en blanco, no un teléfono móvil ni una conversación en el maldito Messenger. Estaré encantado con todo aquel que deje cualquier tipo de comentario siempre que sea coherente y no ofensivo. Eso es más que suficiente para mi, no me atrevo a pedir más.

Un escrito puede transmitir muchas cosas. La gramática, la redacción y la ortografí­a, aunque muchos no lo crean, indican la personalidad, capacidad, inteligencia, atención y tolerancia de las personas. No soy un talibán ortográfico, no doy ninguna importancia a los errores surgidos al pulsar mal el teclado, las prisas o los desaciertos en la acentuación. Sin embargo todo canal de comunicación deberí­a al menos mostrarse respetuoso con el idioma y evitar:

Aberraciones con los caracteres, algo que hace la lectura ilegible y que tanto se estila en foros y comentarios.

Profusión de malsonancias, no solo porque violenta a todos sino porque envenena cualquier debate.

Faltas ortográficas garrafales, de esas que no se las salta ni una gacela joven (no es solo negligencia, también desinterés).

Sólo hay que adecuar la forma en que se escribe, no alterar el contenido.

Después de tanto tiempo los ojos están entrenados para cazar gazapos, es algo instintivo. Que cada uno escriba como le plazca pero personalmente cuando observo errores ortográficos de bulto en una página me cuesta seguir leyendo hasta el final, sobre todo ante algunas barbaridades que hacen sangrar tus ojos. De antemano ya sabes que no puede ser de calidad el texto.

El abandono del cuidado del lenguaje conduce hacia un tipo de involución.

¿Por qué cuidar la ortografí­a en un blog modesto y anónimo?

Ni es integrismo ni extravagancia, de verdad. Hay distintas razones y no resultan complicadas:

Porque es una buena carta de presentación: El sitio web es una extensión de ti, de tu quehacer. La correcta ortografí­a completa la buena impresión que el trabajo de bloguear conlleva.

Porque es sinónimo de calidad: Si has decidido tomarte en serio lo de mantener una web, tanto la redacción como la ortografí­a son parte del repertorio de tareas de cada dí­a.

Porque está a tu alcance: De veras, las reglas ortográficas no pertenecen al reino de los sabios, están al alcance de todos.

Porque satisface desplegar un vocabulario correcto: Con el que expresar tus ideas de manera apropiada y saber que puedes comunicarte con cualquiera de tu misma lengua.

Porque tu ordenador lo facilita: En los programas instalados en tu ordenador cuentas con herramientas que resaltan subrayando en rojo lo que está mal escrito y te ayudan a corregir rápidamente con los diccionarios que incorporan.

Por dignidad: No permitamos que nuestro idioma, uno de los más ricos del mundo y si no me equivoco el tercero más hablado, pierda esa condición por vagancia absoluta.

Porque puedes ser perseguido por la Ortopolicí­a, dilapidado por talibanes ortográficos o amonestado por el CCFVLS (Comité Contra las Faltas de Ortografí­a Voluntarias y el Lenguaje SMS).

Bitácora contra las faltas de ortografí­a voluntarias y el lenguaje SMS
5 beneficios de tener una buena ortografía

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