Un gaitero en pleno desembarco de Normandia

Un año más se conmemora con la llegada del 6 de junio el aniversario del Día D, cuando las tropas combinadas de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Francia llevaron a cabo un gran ataque contra las defensas alemanas en las playas francesas de Normandía en la que se considera la mayor operación de la historia militar.

La invasión de Normandía por parte de las fuerzas aliadas cambió el rumbo de la Segunda Guerra Mundial.

Imagen del desembarco en Normandía

Bajo el sangriento caos donde tantos jóvenes soldados dejaron la vida, como magníficamente recreó Steven Spielberg en Salvar al soldado Ryan, los alemanes contemplaron atónitos desde su posición la silueta de un tipo vestido de escocés que avanzaba tocando la gaita.

Esta es la historia de Piper Bill.

Vida temprana

William Millin (1922-2010), conocido más tarde como Piper Bill, había nacido en Canadá de un padre de origen escocés que regresó a Glasgow como policía cuando William tenía tres años. 

Ingresó muy joven en la academia de Fort William y pasó a formar parte de la banda de gaiteros de la Infantería Ligera de las Highlands. Allí trabó conocimiento con Lord Lovat, oficial al mando, quien lo nombró su gaitero personal.

El joven soldado William Millin

Más tarde se presentó voluntario para la misión que llevaría a las tropas aliadas a la Francia sometida.

Lord Lovat, un militar singular

Simon Christopher Joseph Fraser, militar y aristócrata escocés (era el décimo quinto Lord Lovat y cuarto barón Lovat) participó en distintas acciones bélicas de la II Guerra Mundial dirigiendo unidades de comando del Ejército Británico.

Posteriormente sería designado comandante de la 1ª Brigada de Servicios Especiales que desembarcó en Sword Beach durante la invasión de Normandía el 6 de junio de 1944.

Lord Lovat en 1942

A lo largo de los siglos los gaiteros escoceses e irlandeses habían tocado sus instrumentos en batalla.

Sin embargo desde la primera guerra mundial el alto mando británico había prohibido dicha práctica en el frente a causa de las tremendas bajas que sufrían (pensemos que no podían protegerse debidamente y eran fácil objetivo para los tiradores enemigos).

Pero eso al excéntrico Lord Lovat poco importaba, ni siquiera en la jornada crucial de aquel mes de junio.

El día del desembarco

El 6 de Junio de 1944 a las 7:25 de la mañana, entre el fuego de las baterías alemanas, Lovat dio una orden a su gaitero Bill Millin:

«Quiero que toques».

Millin, entonces con 21 años, viendo el fuego de mortero alemán por todas partes pensó que su jefe estaba loco e intentó oponerse. Pero Lovat le dijo:

«Esta es la batalla más grande de la historia y quiero gaitas sonando en ella. Después ya me preocuparé de las consecuencias. Tu y yo somos escoceses y ese reglamento es inglés. Eso entre nosotros no tiene validez».

Cuando las compuertas de su barcaza se abrieron y Millin saltó a la playa, en seguida comenzaron a caer compañeros ante él.

Millin en el momento de desembarcar fotografiado de espaldas

Vestido con su kilt, la típica falda escocesa (el único hombre entre los 165.000 que desembarcaron aquel día que iba ataviado así) y sin más armas que el cuchillo ceremonial escocés y su gaita, Millin tocó y tocó …

Y así recorrió la playa, ida y vuelta. Más tarde recordó la sensación de la arena bajo sus pies, temblando, mientras silbaban las balas y los cuerpos caían rodando golpeando sus piernas.

Durante el resto de aquel día y cada vez que se lo pedían volvía a tocar, comenzando con Highland Laddie. Era una serenata suicida. El extraño concierto continuó con una petición personal de Lovat, The Road to the Isles.

Así suena «Highland Laddie» a cargo de los Royal Scots Dragoon Guards:

Mucho después, recordando a los heridos, Millin declaró:

«Esperaban a un médico o algún tipo de asistencia médica y en su lugar me vieron con mi falda y tocando la gaita. Fue horrible, me sentía inútil».

Sin embargo para otros muchos soldados el sonido de la gaita proporcionó un gran estímulo, como recordó años después un soldado llamado Tom Duncan:

«No voy a olvidar nunca la vista de Millin tocando su gaita. Es difícil describir el impacto que tuvo en nosotros. Nos dio mucha moral y aumentó nuestra determinación. Además del orgullo que sentimos, nos recordó a casa y por qué estábamos allí luchando por nuestras vidas y las de nuestros seres queridos».

Su vida posterior

El que apodarían «el gaitero loco» participó en más acciones en los Países Bajos y Alemania antes de ser desmovilizado en 1946. Entonces aceptó una oferta de trabajo en la finca de Lovat.

En la década de 1950 se convirtió en enfermero psiquiátrico en Glasgow y a finales de los 60 se trasladó a un hospital en Devon donde se jubilaría en 1988. 

También se unió a una compañía de teatro en una gira tocando sus gaitas en escenarios de Londres y Belfast y regularmente asistió a las ceremonias conmemorativas de Normandía. 

Francia le otorgó la Legión de honor en 2009 y un año más tarde murió en un hospital de Devon a los 88 años.

El legado de Millin

Bill Millin donó sus gaitas al museo de Dawlish, localidad próxima a Devon en el sur de Inglaterra, junto con su kilt y su cuchillo, aunque antes tocó por última vez en el funeral de Lord Lovat en 1995.

La acción de Millin en el Día D fue recogida en la película de 1962 El día más largo.

A partir de la iniciativa de su hijo John y con la ayuda de la Dawlish Royal British Legion recaudando fondos, en 2013 se presentó en Colleville-Montgomery, cerca de Sword (Francia), una estatua de bronce de tamaño natural de «Piper Bill». 

En 1984, durante las celebraciones del día D, Millin preguntó a un comandante aleman que estuvo en la playa de Sword por qué no le habían disparado. El comandante sonrió, le dio una palmada en el hombro y dijo:

«Pensábamos que eras un «dummkopf» -un idiota o un loco- ¿Por qué malgastar balas con un dummkopf?»

Referencias:

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