El Chupacabras, monstruo inexplicado

Puerto Rico, 1995. Un misterio recorre los campos atemorizando a los locales: algo está acabando con la vida de los animales de granja por docenas…..

Algunos aparecen sin una oreja, sin la lengua, sin el rabo. Todos presentan una mordedura en el cuello, como de vampiro, pero de un solo orificio. El rasgo más caracterí­stico sin embargo, es que el «asesino» les saca toda la sangre.

¿Es un ave, un perro, un mutante, un extraterrestre? Es el Chupacabras.

La leyenda del Chupacabras ha alimentado la imaginación popular latinoamericana durante las últimas tres décadas.

En 1974 comenzaron a circular informaciones de animales muertos en extrañas circunstancias en varias ciudades de Estados Unidos. Un año más tarde, casos similares se produjeron en Puerto Rico. La autorí­a de los hechos se atribuyó a un monstruo entonces bautizado como El Vampiro de Moca.

Otras fuentes hablan de registros más antiguos, que datan del siglo XIX, pero son los años noventa los que marcan el nacimiento de este espanto en su versión moderna.

Todo comenzó con la muerte de cabras primero y de otros animales de granja después en dos poblados de Puerto Rico: Orocovis y Morovis.

El modus operandi no parecí­a propio de ninguna criatura conocida, incluido el hombre: la extracción de la sangre, el orificio en el cuello, el proceder silencioso. Sin embargo pasarí­an algunos meses antes de que el Chupacabras comenzara a tomar forma. Esto corrió por cuenta de un ama de casa puertorriqueña, que lo describió como una especie de canguro de poco más de un metro de alto, con colmillos afilados y alas en la espalda.

La imagen se difundió pronto en internet y los medios de comunicación no tardaron en dar nombre al «fenómeno», que pronto ganó fama y trascendió las fronteras de Puerto Rico. La policí­a se lanzó a la busca del extraño animal. Una y otra vez regresó con las manos vací­as.

Entretanto, se reportaron apariciones del Chupacabras en comunidades latinas de Estados Unidos y en México en 1996, en Brasil en 1997 y en Chile en 2000, entre otras.

Tampoco allí­ los cientí­ficos alcanzaron una conclusión satisfactoria. Se habló de perros o monos, quizás una nueva especie con hábitos alimenticios modificados. Pero nada parecí­a terminante.

Chupacabras de otro mundo

Lo que la ciencia no pudo explicar, lo suplió la imaginación.

Con cada nueva aparición del Chupacabras, se tejieron nuevas especulaciones e hipótesis. En lí­nea con los cientí­ficos, algunos creen que, efectivamente, se trata de un animal. Pero la historia no termina ahí­: estas personas lo creen el resultado de una mutación natural, un engendro producto de la contaminación o el repugnante resultado de un experimento cientí­fico secreto.

También hay quien piensa que se trata de un animal prehistórico que sobrevive hasta nuestros dí­as. Otros atribuyen las extrañas muertes a grupos satánicos que efectuaban rituales sangrientos. Terceros van más allá y dicen que el Chupacabras es el demonio mismo e incluso señalan que deja un olor a azufre a su paso.

Están quienes lo asocian con extraterrestres…

También aquí­ hay dos versiones: una, que la criatura es en sí­ misma aliení­gena, y otra que fue creada por extraterrestres para procurarse sustento en la Tierra. Se alega en este sentido que el sistema digestivo de los seres de otros mundos no permiten el paso de alimentos sólidos. Los más entusiastas de esta teorí­a dicen que el Chupacabras ha hecho acto de presencia en lugares donde se han visto ovnis.

Por último, están quienes lo reducen a la condición de «invento popular» avivado por la propia prensa.

Asunto terrenal

Para el sector comercial el Chupacabras es, con distancia, un asunto muy terrenal. La propagación de la leyenda dio la oportunidad a muchos de hacer negocio. Llaveros, camisetas, toda clase de recuerdos y hasta paseos turí­sticos donde los supuestos ataques del Chupacabras tuvieron lugar hicieron las delicias de las cajas registradoras de algunos y dejaron más de un cliente satisfecho.

Unos y otros han contribuido a darle al Chupacabras un sitial junto a clásicos como Bigfoot o el monstruo del lago Ness.

2 Comentarios

Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Privacidad y cookies

Utilizamos cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mismas Enlace a polí­tica de cookies y política de privacidad y aviso legal.

Pulse el botón ACEPTAR para confirmar que ha leído y aceptado la información presentada


ACEPTAR
Aviso de cookies