Shinya Kimura, construyendo motos con el alma
Decía Forrest Gump a «su Jenny» algo así como: «Yo no soy muy listo, pero se lo que es el amor». Bueno pues concretamente yo no soy motero (muy a pesar mío), pero se lo que es la sensación de libertad.

No es el acto de conducir una moto un acto violento o agresivo en sí. No señor, porque en verdad también puede plantearse como una actividad placentera con su correspondiente carga de serenidad, donde máquina y piloto se funden con el entorno de forma bastante íntima.
Se comprende así mejor el mundo de Shinya Kimura, un constructor de motos japonés afincado en California y un caso raro de artesano de las motos en nuestros días. En el siguiente video explica su pasión por las motos y en realidad su filosofía de la propia vida.
«Nací en Tokio en 1962 y crecí rodeado por el olor a combustible y metal y por el sonido de las máquinas. Aunque tengo las imágenes en mi cabeza no me inspiro en nada en particular y de hecho no dibujo. Me pongo a cortar el acero o el aluminio a mano, según como lo sienta en ese momento. Una moto debe tener buen aspecto por sí sola, pero resulta incompleta hasta que una persona la monta».
Me llamó la atención esta persona capaz de plasmar sus ideas trabajando directamente el metal, sin recurrir a planos o esquemas intermedios y me sedujo especialmente ese concepto de que una moto no está completa hasta que alguien la conduce.

Las motos de Shinya Kimura cotizan al alza y entre sus clientes cabe destacar estrellas de Hollywood como Brad Pitt. Al famoso actor se le suele ver por calles de Hollywood con uno de los trastos salidos de las manitas del nipón.
Fuente | The Selvedge Yard