Sting: I Hung My Head

La seducción letal de las armas de fuego

Cada cierto tiempo en Estados Unidos se reproduce un episodio cíclico: una matanza indiscriminada de gente común por parte de un individuo armado que salió a la calle decidido a la masacre.


Ocurre en diversos espacios públicos de cualquier punto de su inmensa geografía y de nuevo la sociedad norteamericana pone de relieve la división entre quienes consternados se preguntan el por qué de un acto así, y quienes siguen manteniendo el convencimiento de que la mejor respuesta ante la acción de un loco pasa por armar a más personas «decentes».

El derecho del pueblo norteamericano a poseer y portar armas difícilmente será coartado porque la segunda enmienda de la Constitución no parece negociable. Décadas de debate no han conseguido cambiar las cosas.

El ciudadano estadounidense desconfía del Estado, considera que ha de ser él mismo quien asuma la responsabilidad de proteger a su familia y su propiedad. Un rifle o un revólver como forma de contrarrestar amenazas criminales y que además simboliza como ninguna otra cosa la independencia sagrada y la preservación de la libertad.


Las armas irradian un peligro atrayente y son objeto de oscura seducción por parte de millones de personas, preferentemente varones, que han mamado en Norteamérica una cultura individualista de autodefensa. Detrás tienen al poderoso lobby que controla este gran negocio, uno de los que más dinero aporta a las campañas políticas y que más capacidad de presión ejerce sobre el Congreso.

Sin embargo parecen no haber entendido algo que a los europeos nos resulta bien simple: cuanto más fácil sea disponer de un arma, más posibilidades de utilizarla en un enfrentamiento (con las consecuencias fatales que conlleva).

Un altercado con armas de por medio cambia las reglas del juego: los hombres armados no solo dispararán unos contra otros, en caso de sentirse amenazados también hacia cualquier silueta que simplemente se mueva por allí.

Un hombre armado sin nada más que hacer

A propósito de la tenencia y uso de las armas, quiero enlazar hoy con una canción significativa al respecto, I Hung My Head, que Gordon Mathew Summer, más conocido como Sting, publicó en 1996 en el álbum Mercury Falling.


El ex cantante de Police manifestó en más de una ocasión un interés personal desde su infancia por la música country y el Western y esta composición obedece inicialmente a ello. Pero va más allá al abordar temas más profundos y filosóficos acerca de la vida y la muerte, la justicia y la redención.

Esta canción no la descubrí a través de Sting sino en voz del gran Johnny Cash quien realizó una versión en 2002, un año antes de su muerte. Fue en American IV: The Man Comes Around, último trabajo lanzado en vida y compuesto en su mayoría de covers que interpreta con su propio e inconfundible estilo.

A los viejos críticos no les gustó mucho que el» hombre de negro» optara por un disco de versiones de artistas tan dispares como Depeche Mode (Personal Jesus), Sting (I Hung My Head) o Paul Simon (Bridge Over Troubled Water).

Sin embargo, y a pesar de su deteriorada salud, Johnny Cash nos legó una última lección. Basta escuchar Hurt, original de Nine Inch Nails, tan escalofriante que conmovió hasta al propio autor y líder de la banda.

Pero veamos qué narra la trágica historia escrita en su día por Sting.

Un día sin nada que hacer, el joven protagonista de esta canción juguetea con el rifle de su hermano. Desde lo alto de una colina apunta con el arma cuando un jinete solitario cruza la llanura:

«Le eché un vistazo para practicar mi puntería».

Con tan mala suerte que accidentalmente el rifle se le dispara matando al desconocido.

Aterrado, confuso y presa de la desesperación, huye y se deshace del arma pero es capturado y frente al jurado reflexiona sobre cómo un trozo de metal puede tan fácilmente acabar con la vida de una persona.

Ahora solo puede agachar la cabeza y desear la muerte él también.

I Hung My Head explora el remordimiento ante la responsabilidad por haber arrebatado una vida. El chico conserva plena consciencia de lo irremediable de su situación, le invade la culpa y solo desea morir. Así lo cuenta delante del juez.

Esta canción aborda básicamente de un par cosas:

  • De cómo un hecho fortuito desafortunado puede arruinar tu vida entera en un instante.
  • Del arrepentimiento, tan profundo como estéril y la impotencia de no poder cambiar un hecho irreparable.

Afligido, masculla una especie de oración y finalmente a la espera de ser ejecutado, como en un truco del cerebro, cree ver «que el jinete regresa para que cabalguen juntos», como si a pie de patíbulo esperase el fantasma del hombre muerto.

Disparas a un hombre y éste muere. Nada hay que celebrar.

Cuando el juez le pregunta qué es lo que pasó por su cabeza la respuesta es:

«Sentí el poder de la muerte sobre la vida.»

Sting escribió sin duda una gran canción, sombría a la vez que poderosa, capaz de transmitir imágenes visuales inmediatas como en un relato cinematográfico. Queda ahí la imagen inquietante de un caballo sin jinete.

Pero sin pretender desmerecerlo (pienso que en voz de Sting la canción no transmite mucho), I Hung My Head parece hecha a medida del hombre de negro y Johnny Cash la interpreta con una fuerte carga emocional hasta hacerla suya.


Y como propina tenemos otra versión magnífica a cargo de nuestro Bruce en los Kennedy´s Center Honnors de 2014 con la presencia de Sting, quien fue uno de los artistas homenajeados.

Escuchándola de boca del Boss, Sting debió de pensar (y así lo muestran las imágenes): «Sí señor, así es como debe sonar».

Sting: I Hung My Head

LYRICS

Early one morning
With time to kill
I borrowed Jebb’s rifle
And sat on the hill
I saw a lone rider
Crossing the plain
I drew a bead on him
To practice my aim
My brother’s rifle
Went off in my hand
A shot rang out
Across the land
The horse, he kept running
The rider was dead

I hung my head, I hung my head

I set off running
To wake from the dream
My brother’s rifle
Went into the sheen
I kept on running
Into the south lands
That’s where they found me
My head and my hands
The sheriff, he asked me
«Why had I run?»
And then it came to me
Just what I had done
And all for no reason
Just one peace of lead

I hung my head, I hung my head

Here in the courthouse
The whole town was there
I see the judge
High up in his chair
«Explain to the courtroom
What went through your mind
And we’ll ask the jury
What verdict they find»
I felt the power
Of death over life
I orphaned his children
I widowed his wife
I begged their forgiveness
I wish I was dead

I hung my head, I hung my head

Early one morning
With time to kill
I see the gallows
Up on a hill
And out in the distance
A trick of the brain
I see a lone rider
Crossing the plain

And he’d come to fetch me
To see what they’d done
And we’d ride together
To kingdom come
I prayed for god’s mercy
For soon I’d be dead
I hung my head
I hung my head

I hung my head, I hung my head


Sting: Bajé la cabeza

LETRA en español

Una mañana temprano
para matar el tiempo
cogí prestado el rifle de Jeb
Y me senté en la colina.
Vi a un jinete solitario
cruzando la llanura
le apunté
para practicar mi puntería
y el rifle de mi hermano
se me disparó entre las manos
Y un disparo resonó
por toda la tierra
El caballo siguió corriendo,
El jinete yacía muerto

Bajé la cabeza, bajé la cabeza

Eché a correr
para despertar del sueño
El rifle de mi hermano
fue a parar al arroyo
Seguí corriendo
hasta las marismas
y allí fue donde me encontraron
con la cabeza entre las manos
El Sheriff me preguntó
por qué había huido,
entonces comprendí
lo que había hecho
Y todo sin ninguna razón
tan solo un pedazo de plomo

Bajé la cabeza, bajé la cabeza

Aquí en el juzgado
está todo el pueblo
Veo al Juez
en lo alto de su silla
“Explique a la sala
qué es lo que pasó por su cabeza
y preguntaremos al jurado
cuál es su veredicto»

Dije: Yo sentí el poder
de la muerte sobre la vida
Dejé huérfanos a sus hijos,
viuda a su mujer
Suplico que me perdonen
Ahora desearía estar muerto»

Bajé la cabeza, bajé la cabeza

Una mañana temprano
para matar el tiempo
veo el patíbulo
arriba en la colina
Y lejos en la distancia
un truco del cerebro:
vi a un solitario jinete
cruzando la llanura
Viene a buscarme
para ver lo que han hecho
Cabalgaremos juntos
hasta que se cumpla su voluntad
Rezo por el perdón de Dios
porque muy pronto estaré muerto

Bajé la cabeza, bajé la cabeza

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