Tycho Brahe, el astrónomo de la nariz de oro

Considerado el más grande observador del cielo anterior a la invención del telescopio, Tycho Brahe (1546-1601) fue un astrónomo danés cuyo verdadero nombre era Tyge Ottesen (Tycho es una versión latinizada).

Años tempranos y estudios

El padre de Tycho era consejero privado del rey y su madre procedía también de una importante familia. Es criado sin embargo por un tío suyo sin hijos, Joergen, con la intención de que el muchacho siguiera una carrera al servicio del rey, por lo que le proporcionó una sólida formación humanística y a los trece años lo envió a la Universidad de Copenhague.

Durante su estancia allí, en 1560, se produjo un eclipse de sol que causó enorme impresión al joven Brahe. A partir de entonces dedicó el tiempo a estudiar matemáticas y astronomía.


En 1562 dejó Dinamarca para estudiar leyes en la Universidad de Leipzig aunque la mayor parte del tiempo la dedicaba a la observación de los astros.

De regreso a Copenhague murió su tío Joergen y Tycho heredó una cuantiosa fortuna. La familia se oponía a su interés por la Astronomía pero ahora tenía medios de sobra para continuar por sí mismo su formación y desarrollar su pasión. En 1566 se establece en la ciudad alemana de Rostock, en cuya universidad se titularía realizando estudios que incluían astrología, alquimia y medicina.

Duelo, viajes y un no matrimonio

A finales de 1566 una disputa con otro aristócrata danés -se cree que por las burlas de éste a una predicción astrológica de Tycho aunque otra teoría sugiere que por un desacuerdo sobre una fórmula matemática-, culminó en un duelo en el que un golpe arrancó a Tycho la parte superior de la nariz. Ambos estaban al parecer bastante borrachos.

A partir de entonces y para ocultar la herida, usó una prótesis nasal el resto de su vida. Cuentan que fabricada en oro y plata, si bien investigaciones posteriores determinaron que en realidad era latón o cobre (seguramente reservaba «la buena» para ocasiones especiales y a diario echaba mano de la más corriente).

Tycho Brahe iba alcanzando renombre como erudito y en 1568 el rey Federico II le ofrece un puesto de canónigo en la catedral de Roskilde.

Continuó viajando: Wittenberg, Basilea y Augsburgo, donde prosiguió observando los astros ayudado por un gigantesco cuadrante de 6 metros de radio que se hizo construir.

Constelación de Casiopea

En 1572 observó que había aparecido una nueva estrella en Casiopea. Sus observaciones sobre el astro, hoy conocido como la supernova SN 1572 o Nova Tycho, las resumió en un libro, De nova stella, en el que aparece por primera vez en el vocabulario astronómico la palabra «nova«.

Al año siguiente Tycho empezó a vivir con Kirsten Jørgensdatter, una joven de la zona de Knudstrup -actualmente pertenece a Suecia- con la que nunca contrajo matrimonio formal. Como ella era plebeya, con un matrimonio perdería sus privilegios como noble. Tuvieron no obstante nada menos que ocho hijos.

Patrocinio Real

En 1574 Tycho Brahe daba clases en Copenhague y continuaba estudiando los cielos. En vista de su creciente prestigio, el rey danés le ofreció la pequeña isla de Hven con el añadido de la construcción de una casa y la concesión de una renta. Allí Tycho levantó el que más tarde sería conocido como observatorio de Uraniborg, bautizado así en honor de Urania, musa de la astronomía.

En la isla de Hven pudo contar con todo lo necesario para su trabajo: construyó un segundo observatorio con despachos para él y sus ayudantes y biblioteca equipándose con el mejor instrumental de la época. También instaló una imprenta e incluso una fábrica de papel para asegurarse la publicación de sus obras.

Stjerneborg, anexo al observatorio de Uraniborg

En las dos décadas de trabajo en Uraniborg desarrolló una rutinaria pero importantísima labor: medir las posiciones de los planetas con respecto a las estrellas fijas. Sus datos se consideraron los más precisos de Europa. Sobre la base de tales observaciones publicó Introducción a la nueva astronomía en dos volúmenes, exponiendo un modelo del universo intermedio entre el de Ptolomeo y Copérnico en el que aunque la Tierra se considera fija y el Sol gira en torno a ella, era el Sol el centro de las órbitas de los demás planetas.

Ruptura con la corona danesa y establecimiento en Praga

La posición de Tycho Brahe en Dinamarca comenzó a debilitarse cuando a la muerte del rey Federico II le sucedió su hijo Christian IV y éste emprendió «recortes» económicos tales como retirarle a Tycho sus propiedades continentales y reducir el presupuesto asignado al observatorio. No se entiende bien que el nuevo rey adoptase tales medidas contra el científico más popular de Dinamarca.

Aunque igualmente seguía siendo un hombre rico, en 1597 Tycho Brahe decidió abandonar Hven llevándose a sus ayudantes, los instrumentos y la prensa de imprimir.

Rotas las relaciones con Cristián IV, Brahe aceptó una oferta del emperador Rodolfo II de Habsburgo, particularmente interesado en la astrología. Rodolfo II incentivaba las investigaciones y estaba convirtiendo Praga en uno de los principales centros artísticos y culturales de Europa.

Tycho Brahe llegó a Praga en 1599 y el emperador le concedió el título de matemático imperial y una considerable renta, dándole a elegir entre tres castillos para instalar su observatorio, de los cuales Tycho optó por el situado en la localidad de Benatky, a 35 kilómetros de Praga.

Castillo de Benatky en la actualidad

Hizo entonces venir a su familia y encargó el traslado de los grandes instrumentos astronómicos.

El discípulo Kepler y los años finales

Aunque Tycho pasaba de los cincuenta años y ya no realizaría más descubrimientos de importancia, en aquel momento estableció correspondencia con la figura que al final mejor aprovechó su enorme caudal de datos: Johannes Kepler.

Kepler era profesor de matemáticas en la ciudad austriaca de Graz y obtenía ingresos adicionales dedicándose a la astrología. Kepler y Brahe se entrevistaron en el año 1600 y a pesar de una relación tensa en sus inicios, Tycho medió con el emperador y éste concedió a Kepler una residencia a la que se mudaría con su familia en 1601 aceptando además el puesto de ayudante de Brahe.

La colaboración no pudo prolongarse mucho, puesto que al cabo de unos meses Tycho Brahe murió.

Invitado a un banquete en la corte del barón Rosenberg, su protector en Praga, notó que la vejiga le apremiaba mucho. Según el relato de Kepler, Tycho se había negado a abandonar la mesa para aliviar la vejiga porque habría sido una violación de la etiqueta. Al regresar a casa no podía orinar excepto en cantidades muy pequeñas y con un dolor insoportable. Presentaba una fuerte infección debido a la cual estuvo delirando varios días en los que se le oyó lamentarse:

«Ne frustra vixisse videar»

«Espero no haber vivido en vano»

Finalmente recobró la lucidez y en su lecho de muerte encomendó a Kepler la responsabilidad de todos sus datos astronómicos con el encargo expreso de que demostrara sobre la base de ellos la validez de su modelo del universo frente al de Copérnico.

Monumento a Tycho Brahe y Johannes Kepler en Praga

El astrónomo falleció en octubre de 1601, siendo enterrado con gran ceremonia en la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn de Praga donde todavía se encuentra su tumba.

Investigaciones en torno a su muerte

En 1999 se abrió su tumba en Praga para analizar algunos cabellos del bigote, encontrándose dosis tan elevadas de mercurio que actualmente se considera el envenenamiento como una causa posible de su muerte. Ello motivó controversias entre historiadores que defienden la tesis oficial de enfermedad de vejiga o riñón mientras otros apuntan a que pudo haber sido envenenado con mercurio. ¿Por quién?

Se especuló que pudiera haber sido envenenado por el propio Kepler o bien por orden de Christian IV, puesto que rumores hubo de que Tycho había mantenido una aventura con la madre del rey. Sin embargo, dado el interés de Brahe por la alquimia y la medicina y que el mercurio era un elemento común en ambas, lo más probable es que muriera automedicándose debido a sus problemas urinarios.

Legado científico

El legado de Tycho Brahe es enorme, más aún si tenemos en cuenta que el telescopio aún no se había inventado. Gracias a él se empezó a investigar en mayor profundidad el comportamiento del cosmos y se pusieron en duda creencias inmutables desde la antigüedad.

Fue el primer astrónomo en percibir la refracción de la luz, elaborar una completa tabla y corregir las medidas astronómicas de este efecto.

Convencido de que la Astronomía solamente progresaría con una observación constante realizando mediciones sistemáticas, él mismo diseñó instrumentos que se copiaron ampliamente en Europa y elaboró un catálogo estelar de más de 1.000 estrellas cuyas posiciones midió con una precisión muy superior a la habitual en ese tiempo.

El gran cuadrante mural de Tycho Brahe

En una época en la cual se creía en la inmutabilidad del cielo, demostró que los cometas no eran fenómenos meteorológicos sino objetos más allá de la Tierra.

Las mediciones sobre la posición de los planetas de Brahe las retomó Kepler (las hoy denominadas leyes de Kepler que gobiernan el movimiento planetario) y fueron esenciales para formular las tres leyes que rigen el movimiento de los planetas, leyes en las que a su vez se basó la ley de la gravitación universal de Newton.

Tycho Brahe y la astrología

Al igual que otros astrónomos de su tiempo, Brahe admitió la astrología en la creencia de que el movimiento de los planetas influía sobre los sucesos terrestres. Muchos hombres de ciencia -él incluido- seguían entonces a Paracelso, el cual consideraba que el cuerpo humano estaba directamente influenciado por los cuerpos celestes. Escribió cartas astrales para sus patronos Federico II y Rodolfo II y para la corte de éstos.

No debe sin embargo sorprendernos que en la filosofía de Tycho Brahe astrología y alquimia fueran partes esenciales; recordemos que hablamos del S. XVI, cuando ciencias naturales, religión y astrología permanecían íntimamente relacionadas entre sí.

Existe además otra razón prosaica: elaborar horóscopos personalizados a figuras destacadas constituía para los hombres de ciencia una fuente de ingresos habitual.

Museo de Tycho Brahe en la isla de Hven (hoy pertenece a territorio sueco)

No obstante rechazaba la práctica de la charlatanería y expresó su escepticismo sobre la multiplicidad de sistemas astrológicos. Prefería un trabajo astronómico basado en el empirismo y todo indica que perdió la fe en la astrología de horóscopos en el transcurso de su carrera.

Un alce y un enano

En el animado palacio de Uraniborg ubicado en la isla danesa de Hven, Brahe mantenía una particular familia. Empleó a un bufón enano llamado Jepp que según contaba el propio Brahe, tenía poderes clarividentes. Debido a la diferencia social entre ellos y a pesar de la gran amistad que los unía, ambos no podían compartir mesa a la hora de comer, así que Brahe pensó que Jepp podría comer con él siempre que lo hiciera debajo de la mesa y así lo hicieron.

Luego estaba el alce Rix, que Brahe consideraba su más preciada mascota. Acostumbraba el cuadrúpedo a trotar junto al carruaje de Brahe como un perro fiel y vivía dentro del castillo, donde campaba a sus anchas por las distintas dependencias. Al parecer el científico tenía la costumbre de calmar la sed del animal con cubos llenos de cerveza y en una de esas el animal, seriamente perjudicado, perdió el equilibrio y se desnucó cayendo por unas escaleras.

Algunas fuentes

Wikipedia
Tycho Brahe, el astrónomo más excéntrico de la historia
La Praga de Tycho Brahe, el astrónomo de la nariz de oro

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