Dos «Rare hits» ochenteros
La generación del baby boom alumbró millones de congéneres en poco tiempo y un curioso rasgo distintivo lo constituye el hecho de que bastantes de ellos crecieron pensando que bien podrían formar parte de una banda.
Sé que no resulta una razón de peso, pero la cuestión es que muchos conocieron a otros como ellos (mismo afán y misma actitud) y que rápidamente montaban grupos musicales en los años 70 y 80, décadas prolíficas en ese sentido.
Aunque tendemos a idealizar aquella época dorada, resulta innegable la eclosión, y no únicamente cultural, antes más bien contracultural, que produjo una auténtica efervescencia musical.
En los años ochenta, antes de que se normalizaran los temas superficiales de consumo rápido, antes de que el tecnopop se aliara con el Soul más tontuno y con los ritmos latinos, hubo un período mágico en el que numerosas bandas (de muy corta duración en su mayoría) hicieron sonar sus temas desprovistos de artificio.
Algunas de ellas dirigieron la mirada a los sesenta, a géneros que habían desaparecido de la historia oficial como el folk rock, el country rock, la psicodelia o el garage. Darían lugar a un brillante elenco: Green on Red, Three O’Clock, Long Ryders, Dream Syndicate, Rain Parade, Los Lobos, R.E.M, Violent Femmes, Pixies..
Otros se quedaron practicando el synth pop sin mayores pretensiones, aunque de manera honesta, desde su vertiente primitiva más emocional y nos dejaron un pequeño conjunto de canciones, hoy casi olvidadas, que entonces adorábamos intentando huir de los éxitos machacones de la radio fórmula.

Dentro de esta última vertiente quiero hoy rescatar un par de temas, pequeñas joyas escondidas, eso que en inglés bautizaron como «rare hit«.
La primera: I’m Watching You, de The Press Club, una banda de Lancaster (Pensilvania) que se movió por el circuito de clubes de la costa Este.
Simplemente juvenil y estimulante, con un estribillo bailable a cargo del tipo de sintetizador de la época que tanto nos gustaba.
La segunda: Another Face, de ¡Ack-Ack!, originarios de Champaign, Illinois y que tocaron regularmente por clubes locales. Otro estilo, más ecléctico pero igualmente refrescante.
Creo que ambas canciones datan de 1985, y digo «creo» porque no resulta fácil obtener información de casos así.
Sólo escucharás temas así explorando recopilaciones no comerciales, listas que elaboran en Youtube de manera individual nostálgicos rescatadores.
Además de «Rare hits también encontramos el término Obscure New Wave. Lo de rarezas queda entendido, en cuanto a lo de «oscuro» viene a decir que pertenecieron a bandas efímeras que no muchos recuerdan.
Canciones como estas las escuchabas, te cautivaban y después nadie más parecía percatarse, de manera que se desvanecían demasiado pronto.
Existen muchos más casos -podríamos seguir otro día- de pequeñas joyas extremadamente olvidadas. Pero también digo una cosa: las gemas ocultas son fantásticas porque al ser halladas se saborean mucho mejor.