Ante una gran comunidad de jóvenes blancos, en general poco conocedores de la música que estaba fraguándose de la mano de Chuck Berry y Little Richard, irrumpe un jovencísimo Elvis Presley en el momento justo para conquistar a la marea de adolescentes ávidos de ritmo. Que además de blancos eran consumidores. Tenía todas las cualidades
Gobierno de España, Ministerio de Política Territorial, Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Social, Subdirección general de chapuzas patrias, Departamento: «Yo te digo dónde y nos lo llevamos muerto».
Poco más de cuatro minutos con limpias secuencias de Londres, capital del imperio en los inicios del S. XX. Una cápsula visual de más de cien años de antigüedad en riguroso blanco y negro. La calle de una urbe palpitante. Menudo ajetreo y menudo tráfico rodado, aunque sea con tiro animal. Esta y otras películas
Durante la era Reagan (1980-1988), la del vaquero de cine metido a político cuya retórica de grandeza patria revitalizó el conservadurismo junto a Margaret Thatcher, mientras en la radio y en la MTV dominaban las músicas de pop relamido, no dejaron sin embargo de surgir discretamente diferentes bandas estadounidenses que venían armadas con el bagaje