OS/2 y el divorcio entre Microsoft e IBM

Cuando IBM inició el proyecto Chess, es decir, el que serí­a conocido como el IBM PC, para la empresa era sólo un proyecto más de los muchos que tení­a en aquel momento. El mercado de los microordenadores era bastante minúsculo comparado con las grandes cuentas con las que Big Blue trabajaba, de forma que Don Estridge, el máximo responsable del proyecto, disponí­a de muy pocos recursos y un tiempo muy limitado para llevarlo a cabo…

Esto provocó que el PC, uno de los mayores éxitos de IBM en los 80 si no el que más, tuviera muy poco que ver con lo que hasta aquel momento era un ordenador IBM.

Hasta aquel momento IBM se caracterizaba por diseñar y fabricar si no todo sí­ una grandí­sima parte de todos los productos que vendí­a. Desde el hardware (incluyendo procesador, memoria, almacenamiento masivo, teclado, impresoras, etc) al sistema operativo (MVS, por ejemplo) o incluso lenguajes de programación (FORTRAN o PL/1 fueron creados en los laboratorios de IBM).

Todo se diseñaba desde casa y uno de los efectos colaterales era que los clientes se hací­an completamente cautivos de la tecnologí­a del gigante azul. La cual, dicho sea de paso, solí­a resultar de una muy buena calidad. Escoger una plataforma de los años 60 o 70 era casarse con el fabricante de la misma.

Sin embargo, Don Estridge no tuvo ni los recursos (sólo 12 personas) ni el tiempo (sólo un año) para crear un ordenador que siguiera la filosofí­a IBM, así­ que la única forma de alcanzar los objetivos del proyecto era utilizando los productos estándares del mercado en vez de fabricar los propios. Eso implicaba, por supuesto, depender de fabricantes externos para los componentes más importantes y delicados del ordenador como son el procesador (Intel) o el sistema operativo (Microsoft).

Que el IBM PC fuera construido con componentes estándar del mercado tení­a una gran implicación y es que otros fabricantes tení­an bastante sencillo crear ordenadores clónicos del IBM PC. Por supuesto, el gigante azul nunca esperó que el PC tuviera el éxito que realmente tuvo, pues si no hubieran tomado otras decisiones de diseño para cerrarlo más a la competencia. A fin de cuentas, cuando la gente compraba un IBM PC estaban comprando un ordenador IBM, por lo que no fue tanto ni la arquitectura ni el software ni ninguna otra caracterí­stica técnica la que hizo del IBM PC el superventas de su época: fueron las tres iniciales de IBM que llevaba su nombre.

En cualquier caso, llegados a 1985 se dieron dos circunstancias. La primera es que IBM estaba preparando una nueva gama de ordenadores que le quitaran el mal sabor de boca dejado por el fiasco del IBM PCjr (del que podéis ver una imagen de un anuncio de Microsoft), las limitaciones del IBM PC/AT y la insolencia de los fabricantes de ordenadores clónicos. La otra circunstancia era que Microsoft estaba teniendo problemas legales con MS-DOS, de forma que ambas empresas tení­an muchos motivos para querer embarcarse en el desarrollo de un nuevo sistema operativo.

Así­ que las dos empresas se embarcan en el desarrollo del, según sus propias palabras, sistema operativo de los 90. Para IBM, OS/2 formaba parte de una nueva estrategia global que estaba adoptando la compañí­a, de forma que todos sus ordenadores pudieran interconectarse independientemente de su tamaño y caracterí­sticas. Para ello, IBM estaba desarrollando una nueva gama de microordenadores que pasarí­a a llamarse PS/2, que incluirí­an aparte de mucha nueva tecnologí­a por parte de IBM el nuevo sistema operativo desarrollado junto a Microsoft.

Desde el principio del desarrollo del OS/2 quedaron claras numerosas divergencias entre IBM y Microsoft. Para empezar, las filosofí­as eran completamente diferentes. En Microsoft se trabajaban en grupos pequeños (de media docena o una docena a lo sumo) muy cohesionados, mientras que en IBM los grupos eran grandes (de cientos de personas) y muy burocratizados. Las decisiones en IBM se hací­an por comité, mientras que Microsoft dejaba muchí­sima más libertad a sus trabajadores a la hora de hacer elecciones en el producto que estaban desarrollando.

Otra diferencia importante entre las dos compañí­as es que los productos de IBM tení­an una merecidí­sima fama de fiables, conseguida gracias a que IBM tení­a la costumbre casi enfermiza de probar hasta la saciedad todo cuanto hací­a, mientras que por aquella época Microsoft contaba con 2 testers por cada 40 programadores. La filosofí­a de Microsoft era entregar el producto cuanto antes y si tiene fallos ya se irán corrigiendo, mientras que a IBM lo que le preocupaba era la calidad del producto final más que el adelantarse a todos con su rapidez. No obstante, tras la colaboración con IBM en el OS/2 Microsoft decidió cambiar su polí­tica de testeo y aumentó la plantilla de testers hasta equiparar el número de testeadores con el de programadores.

Pero por si los problemas por las divergencias culturales fueran pocas, nada más empezar un trágico accidente en ala delta acabó con la vida de Don Estridge. Su sustituto fue William Lowe, que vení­a de la sección de mainframes y no tení­a ninguna experiencia en microordenadores. No contaba tampoco con las capacidades técnicas de Don ni, por tanto, el respeto de Bill Gates.

Con los PC/AT con menos de un año de antigüedad en el mercado, Lowe no querí­a ni oí­r hablar en 1985 de los procesadores 386 que Intel estaba aún desarrollando, puesto que hacer un sistema operativo de 32 que aprovechara las caracterí­sticas del novedoso 386 implicarí­a dejar tirados a los poseedores de un PC/AT con un 286. Aparte, pese a las insistencias de Bill Gates de portar Windows a OS/2, este serí­a un sistema operativo en modo texto sin interfaz gráfico, al menos de momento.

El motivo de negarse a utilizar el procesador 386 en vez del mucho más limitado 286 era, aparte del compromiso de la empresa para con los antiguos clientes, que IBM vendí­a máquinas mucho más grandes (y por lo tanto mucho más caras) con una capacidad similar a la que ofrecerí­a un PC con un procesador 386, así­ que al gigante azul no le interesaba hacerse la competencia a sus propios miniordenadores de gama baja y prefirió mantener «capados» a los PCs.

Sin embargo, el tiro le salió por la culata, pues si bien al principio toda la industria de los PCs clónicos esperaban los movimientos de IBM para replicarlos, una empresa se les adelantó y lanzó al mercado en 1986 el primer ordenador clónico IBM PC con procesador 386, el cual podéis ver un anuncio suyo en la imagen adjunta. Dicha empresa fue Compaq, y a partir de aquel momento la industria cambió y el ordenador en el que basarse era el de Compaq. IBM habí­a perdido la delantera y tení­a que hacer algo.

Aparte, los Macintosh de Apple comenzaba en 1986 a remontar el vuelo y a venderse realmente bien. Los entornos gráficos empezaban a asimilarse como computación seria y empezaban a ser solicitados por los clientes más serios, por lo que un sistema operativo que se considere moderno y una apuesta de futuro no podí­a limitarse a ser sólo en modo texto.

Así­ que en 1986, con bastantes prisas, IBM tuvo que variar sus planes sobre la marcha. Tras hablar con Microsoft, el sistema operativo también serí­a compatible con el procesador 386 de Intel, aunque dejando muy claro que la prioridad era centrarse en el sistema de 16 bits. Del mismo modo, IBM aceptaba también que Microsoft portase Windows para OS/2, aunque con la condición de que le cambiara el nombre. Así­ nació el nombre de Presentation Manager, el interfaz gráfico de OS/2.

Sin embargo, Presentation Manager no serí­a un port al uso de Windows, sino que IBM querí­a una serie de modificaciones y añadidos, de forma que el resultado final acabó resultando incompatible con el Windows de MS-DOS. Puesto que Presentation Manager y Windows se habí­an hecho tan distintos, Steve Ballmer, hasta ese momento el principal responsable de las relaciones con IBM, consideró que era un despilfarro dividir los recursos de Microsoft en dos proyectos de tanta envergadura y que además competí­an entre sí­, por lo que quiso cancelar completamente el desarrollo de Windows y centrarse en OS/2. Por suerte para Microsoft, Bill Gates entendió que no era buena idea jugárselo todo a la carta de IBM y que Windows podí­a ser una muy útil bala en la recámara.

En cualquier caso, Presentation Manager no estuvo listo para la salida oficial de OS/2 al mercado como el sistema operativo de los cuatro nuevos ordenadores PS/2 de IBM en diciembre de 1987, de los cuales sólo uno contaba con un procesador Intel 386 y los otros tres modelos tení­an un vetusto 286. En la imagen adjunta podéis ver cómo era estéticamente uno de los PS/2, aunque también habí­a modelos torre y semitorre, no sólo sobremesa.

Esta primera versión de OS/2 ya era un sistema operativo multitarea bastante robusto y que además era capaz de ejecutar aplicaciones DOS, aunque sólo una a la vez. En el momento de su lanzamiento, tanto Microsoft como IBM consideraban que OS/2 conseguirí­a batir en ventas al DOS en el plazo de un par de años, para finales de 1989 o principios de 1990. En la imagen adjunta podéis ver cómo era el interfaz del sistema operativo en modo texto en aquel diciembre de 1987.

Casi un año más tarde, en octubre de 1988, salió la versión 1.10 que contaba como principal caracterí­stica el interfaz gráfico desarrollado por Microsoft, el ya citado Presentation Manager. Pero es que estos 11 meses dieron para mucho.

Para empezar, las ventas de OS/2 no terminaron de despegar. Los motivos eran diversos. Por un lado, el precio del sistema operativo era bastante alto comparado con MS-DOS, $325 la copia frente a los $99 del DOS. Aparte, los requisitos de hardware de OS/2 eran bastante superiores a los de MS-DOS. Y por si fuera poco, prácticamente no habí­a software nativo para el nuevo sistema operativo, por lo que no tení­a sentido gastarse una pasta en adquirir OS/2 y un ordenador capaz de moverlo para luego seguir utilizando aplicaciones DOS. El cual, por cierto, no estaba emulado al 100%, por lo que a lo mejor estas aplicaciones para DOS ni siquiera funcionaban correctamente bajo el nuevo sistema operativo.

Dicen que al perro flaco todo le son pulgas. En marzo de 1988 Apple Computer demandó a Microsoft por infracción del copyright de su sistema Macintosh. Según la empresa de la manzana, la primera versión desarrollada por Microsoft de Windows cumplí­a escrupulosamente todas las licencias, pero en cambio las nuevas caracterí­sticas y añadidos incluidos en la versión actual en aquel momento de Windows, 2.0.3 infligí­an hasta 13 patentes de Apple.

Sin embargo, el verdadero objetivo de Apple no era tanto Windows en sí­ como Presentation Manager, el cual se sabí­a que estaba en desarrollo y que bebí­a de las fuentes de Windows 2.0.3. Y si esta versión de Windows infringe el copyright de Apple, evidentemente el interfaz gráfico de OS/2 también.

Las demandas de Apple no sólo supusieron un posible retraso en el lanzamiento de OS/2 1.10, sino que, como efecto colateral conscientemente buscado, muchos fabricantes de software empezaron a tener miedo de invertir en el desarrollo tanto en Windows como en OS/2 bajo Presentation Manager, pues si Microsoft perdí­a el juicio y se veí­a obligada a retirar del mercado los dos interfaces gráficos todo desarrollo habrí­a sido en vano.

Aunque habí­a precedentes en contra por copiar la apariencia (que no el código) de una aplicación informática, el juez darí­a la razón a Microsoft en el mismo año, y pese a que Apple recurrió la sentencia y dio muchas vueltas más el veredicto estaba claro: no habí­a peligro en desarrollar interfaces gráficos, incluso aunque se parecieran mucho a los de Apple, el cual, dicho fuera de paso, se parecí­a también al de Xerox. Las acciones de Microsoft duplicaron su precio el mismo dí­a de conocerse la sentencia.

Sin embargo, hasta 1988 Windows habí­a dado a Microsoft muchas más penas que alegrí­as, pero a partir de este año las ventas del entorno gráfico comenzaron a despegar, y Bill Gates comprendió que ahí­ podí­a esconderse un caballo ganador. Es por ello por lo que, pese a seguir con el desarrollo de OS/2 y llegar a ser su principal apoyo público por encima incluso de IBM, Microsoft comenzó también a trabajar en la siguiente versión de Windows, la 3.0

En 1989 Lowe deja IBM y acepta un trabajo en Xerox, y es sustituido por James Cannavino, el cual tení­a un perfil más técnico y aunque vení­a también del mundo de los mainframes entendí­a bastante bien la tecnologí­a subyacente en los PCs. Sin embargo, Cannavino no confiaba en Gates, puesto que consideraba que la mayor parte de los problemas con los que se habí­a encontrado OS/2 (centrado inicialmente en los 286 cuando los 386 ya estaban en el mercado, carecer de interfaz gráfico durante tanto tiempo y cuando al final sale es incompatible con Windows…) eran por culpa de suya.

Pese a todo, en el COMDEX de Las Vegas de 1989 ambos anuncian un nuevo compromiso de apoyo a OS/2 y con ello parecí­a que limaban diferencias. Según este nuevo acuerdo, Microsoft dedicarí­a la mayor parte de sus esfuerzos a trabajar en OS/2, el cual estarí­a destinado a gobernar los ordenadores de gama media y alta mientras que Windows se enfocarí­a en los ordenadores de gama más baja hasta su desaparición final.

Sin embargo, especialmente tras ver la reacción de la industria hacia este acuerdo, Bill Gates decidió hacer justo lo contrario a lo que se habí­a comprometido, y quitó a gente de OS/2 para potenciar el desarrollo de Windows 3.0. En cualquier caso, para finales de 1989, cuando se decí­a que OS/2 superarí­a al DOS, MS-DOS contaba con una cuota de mercado del 66% mientras que OS/2 ni siquiera llegaba al 1%.

Para el anuncio de Windows 3.0, Bill Gates se aseguró el apoyo de los pesos pesados de la industria, incluso aquellos que hasta aquel momento se habí­an mantenido reticentes con Windows como la gente de Lotus. Con todas la novedades incluidas, el renovado aspecto gráfico y todos los principales fabricantes de software desarrollando para él, Windows 3.0 se convirtió con diferencia en el paquete de software más esperado hasta el momento. En la imagen adjunta podéis ver un pantallazo de Windows 3.0

Finalmente, en septiembre de 1990 Microsoft e IBM pararon su trabajo conjunto en OS/2, saliendo la primera del proyecto y quedando el sistema operativo en manos del gigante azul.

Por supuesto, la historia de OS/2 no se acaba en 1990, vendrí­an nuevos movimientos, nuevas versiones, éxitos y fracasos comerciales… pero como suele decirse, esa es otra historia, y será contada en su momento…

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