091: La canción del espantapájaros

«Los dí­as vienen y se van, se desvanecen con mi voz»

091: La canción del espantapájaros

Quince años a la carrera, años de esfuerzo llenos de esperanza con pequeños éxitos y frecuentes sinsabores.

Esta canción que tantas veces he tarareado, es para mi una de las más representativas de los cero porque pienso en su propia trayectoria como banda. Sólo así­ quiero entender un estribillo amargo:

Nadie,
pasa el tiempo y sé que nadie
se unirá a mi baile, nadie,
sabrá por qué hago esta canción

Se juega con la imagen extraña y desamparada que ofrece el espantapájaros, un ser inanimado aunque de apariencia humana que, como en El mago de Oz, se agita en busca de identidad. ¿Quién va a escuchar a un espantapájaros?

Como un muñeco muevo los brazos, lejos de todos, bailo en soledad. Sin duda os parecerá grotesco y patético y lo se; aún así­ me reservo una sonrisa. Proclamo con orgullo mi individualidad aunque sea tan doloroso pensar demasiado, una condena eterna que no hubiera querido para mi.

José Ignacio Lapido: lúcido, reflexivo, honesto. En España nadie escribe rock como él

No encuentro consuelo. Llega otra puesta de sol, el dí­a se va y yo seguiré aquí­ inmóvil sin obtener respuestas.

De poco sirve tener constancia de que hay otros «yo» en pleno baile de la desesperación por todas partes, sin ser ni escuchados ni comprendidos. Los demás no saben lo que te ocurre, tú no sabes lo que les ocurre a ellos. Es el enigma cí­clico de la vida.

Los ecos y estribillos de 091 resuenan hoy como si nunca se hubiesen ido.

El baile de la desesperación (1991), trabajo concebido para un público más amplio y en el que colaboró el guitarrista Chris Wilson de Flamin’ Groovies, despliega el poder emocional característico de su música y de sus letras con temas como La vida qué mala es, Este es nuestro tiempo, El lado oscuro de las cosas o Un camino equivocado.

Y también La canción del espantapájaros, una de las composiciones más celebradas de la banda granadina. La armónica de José Antonio introduce espléndidamente una canción capaz de crear un espacio íntimo insuperable .

Hay quien prefiere la versión alternativa de «La canción del espantapájaros», una versión acústica que ya tocaron en ultimo concierto de de Maracena:

091
La canción del espantapájaros

LETRA

Siempre me visteis mover los brazos
en una danza al viento de giros extraños.
Mi corazón veis que es de paja
y mi cabeza una calabaza,
sé fingir sonrisas en la desolación.

Mil puestas de sol en mi pasado
pensando en cosas que nunca habéis pensado.
En los dioses primigenios,
en la libertad y en su precio,
en la plateada escarcha del amanecer.

Los hijos de la lluvia están
creciendo a mi alrededor.
Los dí­as vienen y se van,
se desvanecen con mi voz.

Nadie, pasa el tiempo y sé que nadie
se unirá a mi baile, nadie,
sabrá por qué hago esta canción.

Principitos que antes fueron sapos
y princesitas que al besarlas despertaron.
No hay cuento de hadas sin milagro,
pero aún sigo esperando
que llege el tiempo de mi reencarnación.

Los hijos de la lluvia están
creciendo a mi alrededor.
Los dí­as vienen y se van,
se desvanecen con mi voz.

Nadie, pasa el tiempo y sé que nadie
se unirá a mi baile, nadie,
sabrá por qué hago esta canción.

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