Escritor y periodista, primogénito de una familia de comerciantes vitorianos, Pablo de Jérica y Corta (1781-1841) estudió filosofía y se traslada a Cádiz para dirigir los negocios familiares. Aprende italiano, inglés y portugués, colaborando con periódicos y dando rienda suelta a sus ideas liberales y anticlericales. Frecuenta tertulias, traduce textos y apuesta por una poesía
«Saborea un instante de gozo. La vida no es más que eso». Imagino a este hombre en una noche lejanísima del S. XII, sentado al aire libre bajo el parpadeo cósmico de las estrellas. El aire está intensamente perfumado por el aroma que escapa de las flores en la oscuridad. Con la mandíbula reposando sobre
Solsbury Hill, en el condado de Somerset, Inglaterra. Tras abandonar Genesis, grupo del que había sido cantante y líder desde su creación, Peter Gabriel escribe su primer sencillo como solista: Solsbury Hill. Cuenta la leyenda que a raíz de una especie de revelación en esta colina de Somerset, Inglaterra, a mediados de 1976. Una declaración
Sirvan estas palabras como pequeño homenaje para uno de esos grupos poco conocidos (no por ello olvidados), que escribió una entrañable página en la historia del rock aragonés y por extensión, español.
«Los días vienen y se van, se desvanecen con mi voz». 091: La canción del espantapájaros Quince años a la carrera, años de esfuerzo llenos de esperanza con pequeños éxitos y frecuentes sinsabores. Esta canción que tantas veces he tarareado, es para mi una de las más representativas de los cero, de su propia trayectoria
«Las flores siguen perfumando el aire, los perros no han dejado de ladrar.» (091: La vida qué mala es) Del legado de canciones de los granadinos 091, uno de los más grandes grupos que ha dado este país, iremos entresacando en este blog algunos de sus textos llenos de intimidad, soledad o furia. Lucidez y
Negro ahora el color de mis vestiduras. No por mi, sino por ella por sus miedos y dudas. Macabra siempre mi presencia, no por maldad en mi corazón, sino por la oscuridad de la que se ha impregnado mi alma. Oscuros los lugares que frecuento. No por necesidad de esconderme, por mi miedo a las tinieblas superado. Vosotros me señaláis con el dedo y me
Soy cruzado del Ensueño, soy un pálido bohemio. Siento el arte por el arte, sin buscar jamás el premio, y odio, loco de idealismo, la razón útil y seria. ¡Caballero soy del hambre, de la risa y la miseria!