Johnny Cash, el hombre de negro

Próximo el estreno de Walk the line, pelí­cula protagonizada por Joaquin Phoenix sobre la vida del gran cantante country, me percato de algunos artistas que ejemplifican la entrega a su profesión y en definitiva son sí­mbolo de honestidad, esa extraña gema difí­cil de encontrar.

John R. Cash, nacido en 1932 en Arkansas en el seno de una familia numerosa muy humilde, componí­a canciones desde los 12 años con la inspiración del sonido western que escuchaba por las noches en su radio. Trabajó en una plantación de algodón, en una fábrica de coches y al estallar la Guerra de Corea se alistó en la Fuerza Aérea. Fue cuando compró su primera guitarra y aprendió a tocarla de forma autodidacta. En 1954 dejó el Ejército, se casó con Vivian Liberto Distin y se mudó a Memphis, donde por las tardes tocaba con un trí­o -de vez en cuando gratis- en una cadena de radio local.

De izquierda a derecha: Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Elvis Presley y Johnny Cash (el llamado «Cuarteto del millón de dólares) fotografiados en Sun Records (1956)

En 1955 logra una audición con Sun Records y su fundador, Sam Phillips -descubridor entre otros de Jerry Lee Lewis y Elvis Presley-, le bautiza como «Johnny» (muy a su pesar).

Su primer single, Hey Porter pasó desapercibido. El segundo, Cry, cry, cry, se convirtió en éxito en 1955 y permaneció casi un año en las listas country. Seguidamente otro gran éxito: Folsom Prision Blues.

Pronto pasa a ser conocido como «The man in black» por su vestimenta habitualmente oscura, con la que el genio de Nashville pretendí­a mostrar su solidaridad hacia los sin nombre y los sin palabra. Esta forma de expresar sus ideas la mantuvo toda su vida.

Antes de una actuación (1959)

En 1965 Johnny Cash tení­a una media de más de 300 shows al año en USA y es cuando para mantener tal ritmo, le sobreviene una adicción a las anfetaminas. En ese año es detenido en México por intentar pasar anfetaminas a Estados Unidos.

A partir de 1966, una vez divorciado y gracias al apoyo de su fiel amiga June Carter, Johnny pudo abandonar las drogas y el alcohol. Se trasladó a Nashville, se casó con June y vivió el renacer de su carrera.

Con su esposa June Carter en 1968

En 1968 surge su disco más popular, Johnny Cash at Folsom Prison, grabado durante un concierto en la misma prisión de Folsom y que no sólo se impuso en las listas de country sino que también obtuvo una buena posición en las listas de Rock. En 1969 repetirí­a formato de concierto en San Quintí­n aún a pesar de las voces crí­ticas de los conservadores republicanos.

Serí­a por estas fechas cuando Johnny y su mujer se convertirí­an en activistas por los derechos civiles de los nativos americanos y de los presos. Entre 1969 y 1971 Cash protagonizó un programa para la televisión ABC, The Johnny Cash Show donde alcanzó su fama de icono americano.

Actuando en la prisión de San Quentin

Pero en los 80 sus éxitos escasean y en 1986 la discográfica Columbia romperí­a sus relaciones con el cantante.

Una oleada de nuevos artistas que vuelven sus miradas al cantante, hace posible que Cash reflote. La edición de discos, recopilatorios y colaboraciones con otros artistas country, dispararon el nombre de Cash a nivel internacional. Su fama se vio recompensada con la entrada en el Country Music Hall of Fame a comienzos de los 80, siendo el artista country más joven en acceder. Años después pasarí­a también al Rock Music Hall of Fame, siendo el único artista -junto con Elvis- en estar en ambos salones de la fama.

Así­ es como alcanza de nuevo altos niveles de popularidad con el respeto y admiración de artistas que mamaron de su música (de los Rolling Stones a U2.

Los problemas de salud y de diagnóstico de su enfermedad (sí­ndrome de Shy-Dregger, una variante del Parkinson) hicieron que para Cash la grabación de su último disco The Man Comes Around, estuviese basada en el sacrificio personal. Como el propio Johnny comentó:

«Dicen que ahora tengo neuropatí­a autonómica. No tengo ni idea qué significa, salvo que me estoy haciendo viejo. Me he sobrepuesto con voluntad. He encontrado las fuerzas para hacer este disco sólo para alejar el mal de mí­. A veces iba al estudio sin voz, cuando podí­a haberme quedado en casa, pero no querí­a que fuera así­. Llegaba, abrí­a la boca e intentaba que saliera algo. Grababa cuando era la última cosa en el mundo que podí­a hacer. Y éstas son las canciones que tení­an el fuego, el sentimiento, el fervor y la pasión. Hay mucha fuerza que sale de esa debilidad».

Todos le deben algo al maestro. Y esta fue su última creación, su último recuerdo, una música basada en la sencillez, con su toque personal de voz y de guitarra.

Johnny Cash en la última etapa de su vida

Un genio que, junto con Tom Waits, muestra la música desde las entrañas, desde el fondo del alma.

En 2003, su deteriorada salud, unida a la pérdida de su esposa, provocaron una larga melancolí­a y su fallecimiento. El bueno de Cash pretendí­a realizar un último trabajo dedicado por completo a su esposa, pero pudo más la pena.

Con Johnny Cash desaparece el cantante de los olvidados, aquel que en sus más de 50 años de música ha compuesto temas dedicados a los indí­genas, vaqueros, granjeros, convictos, desheredados… todo bajo la combinación de la música popular americana y el buen sonido del rock & roll, el blues y el gospel.

Entre otras fuentes consultadas, quiero destacar valladolidwebmusical

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