Jethro Tull: Thick As A Brick
Mi aventura con Jethro Tull
Siempre he considerado que lo más interesante de la música —como de la vida— se encuentra a menudo en los márgenes donde las cosas no terminan de encajar, en esos desvíos donde no hay mapas preestablecidos. Lo más genuino puede residir en las pasiones que cultivamos en secreto, en las imperfecciones que nos hacen únicos o surgir a partir de las decisiones atrevidas.
Jethro Tull, precisamente, nunca encajó del todo y ahí está su mayor virtud.

Tendría yo 14 años cuando me crucé con ellos, una banda que por entonces ya era leyenda. En aquella época, mis ansias musicales comenzaban a expandirse de la mano de The Police, Roxy Music, Supertramp, Status Quo, Blondie y muchos otros que dominaban la radio y la televisión. Pero de Jethro Tull nadie hablaba. Su estilo musical, su universo, no parecían encajar en el panorama y, de hecho, apenas sonaban en las emisiones comerciales.
Fue mi hermano mayor quien, sin proponérselo, me abrió otra puerta al dejar un par de cintas de casete olvidadas en casa: Thick As A Brick (1972) y Songs from the Wood (1977). Nada más. Nada menos.
Aún recuerdo con claridad aquellas primeras escuchas en soledad, en la más estricta intimidad de mi habitación. La música me envolvía y de pronto sentía que ya no estaba allí: viajaba a otra tierra, a otras épocas, a paisajes que solo se revelan con los ojos cerrados. Aquellas bucólicas melodías que parecían brotar de un bosque encantado, con ritmos que se desarmaban y reconstruían ante mí y la flauta de Ian Anderson como brújula de un territorio nuevo, se me grabaron a fuego. Salía a la calle con ellas danzando en mi cabeza, tarareando pasajes imposibles ante la mirada extraña de mis amigos.

No dejé de escuchar AC/DC, Triana, ABBA, Human League, The Jam y tantos otros como llegaron. Todo cabía, pero lo de Jethro Tull era distinto.
Con el tiempo, sus armonías se convirtieron en un refugio y en una compañía inseparable. Fui descubriendo su extensa discografía poco a poco, como quien desvela capítulos de una novela interminable. Una obra tan significativa para mí que nunca antes me había atrevido a dedicarle una entrada: había en toda esa historia algo demasiado personal, demasiado mío y sé que al contarlo perderá parte de su misterio.
Hoy, 53 años después de la publicación de Thick As A Brick, me animo a hacerlo. No para explicarlo todo —porque es inabarcable— sino tratando de rescatar, aunque sea un poco, aquella magia primera que me atrapó para siempre.
La sátira que dio lugar a un monumento
En 1972, la banda ya había recorrido un camino singular. Después de transitar entre el blues, el jazz y el hard rock con This Was (1968), Stand Up (1969) y Benefit (1970), habían conseguido tejer un sonido cada vez más complejo, incorporando influencias del folk y de la música clásica.

Los tres primeros álbumes de Jethro Tull documentan la rápida y notable evolución de la banda desde sus raíces en el blues con influencias de jazz y rythm & blues, hasta la exploración del rock progresivo, el folk y la experimentación sonora que los haría famosos.
Esta evolución se fusionó en un estilo único que Ian Anderson bautizó como el «flute on the rock» y que cristalizaría en el aclamado Aqualung (1971), un trabajo con el que perfeccionaron una mezcla distintiva de progresivo, folk y hard rock, caracterizada por la alternancia de melodías acústicas y potentes pasajes de guitarra y flauta.
En ese punto Ian Anderson, cansado de que la prensa atribuyese a Aqualung una estructura conceptual que no pretendía, respondió con ironía:
“Si los críticos quieren un álbum conceptual, les daremos la madre de todos los discos conceptuales”.
Y así, con la grabación de Thick As A Brick en 1972, maquinó una atrevida parodia de los álbumes conceptuales que reinaban en la época, sin imaginar que terminaría creando una de las obras más importantes del género.

En 1971, Aqualung marcó un punto de inflexión para Jethro Tull, dándoles por primera vez un gran éxito en la radio y en giras masivas. El álbum explora los efectos de la urbanización en la naturaleza y la religión en la sociedad. Fue precisamente esta temática la que hizo que el disco se catalogase como conceptual por la crítica, lo que provocó la respuesta de Anderson creando su siguiente y más audaz obra: Thick as a Brick.
¿Qué significa Thick As A Brick?
Literalmente “denso o grueso como un ladrillo”, una expresión inglesa difícil de traducir. Se utiliza para describir a una persona extremadamente tonta, estúpida, algo parecido a «duro de mollera», «corto de luces» o directamente «tonto de remate».
En cualquier caso el título ya encierra la sátira del disco, apuntando tanto a la pretenciosidad del rock progresivo -a menudo engorroso y narcisista- como a ciertas hipocresías sociales y el sinsentido de las guerras y del capitalismo, todo bajo unas letras deliberadamente enrevesadas, metafóricas y ambiguas al más puro estilo Monty Python, de quienes eran seguidores. El título alude directamente a lo que el líder de la banda pensaba de todo eso.

La idea central del álbum en realidad se construye mediante una farsa: la letra es atribuida a un niño prodigio ficticio de ocho años llamado Gerald Bostock («Little Milton»), que gana un concurso de poesía pero es descalificado por sus versos oscuros y pomposos.
Como suele pasar con las grandes sátiras, acabo siendo mucho más.
La excéntrica genialidad del proyecto se remató con la presentación del disco (uno de los diseños de vinilo más elaborados e icónicos de la historia), envuelto en un periódico ficticio de 12 páginas, The St. Cleve Chronicle & Linwell Advertiser, imitando un diario de un pequeño pueblo con noticias absurdas, pasatiempos, anuncios por palabras y hasta secciones de deportes. Todo un universo creado para dar verosimilitud a la historia del pequeño Milton.
Un solo tema, muchos mundos
“Thick As A Brick” ostenta un récord singular: es la canción de rock más larga jamás grabada, con una duración exacta de 43 minutos y 50 segundos. La limitación impuesta por las caras del vinilo no rompe la unión, ya que el efecto de viento que se escucha al final de la primera cara continúa en el inicio de la segunda.

Live in Hamburg (1973)
En su interior caben mundos enteros: introducciones acústicas sumamente delicadas, explosiones eléctricas con riffs de Martin Barre, solos virtuosos de flauta a cargo de Anderson, contrapuntos de teclado de John Evans y la base rítmica sólida e impecable de Jeffrey Hammond-Hammond (bajo) y Barriemore Barlow (batería). La capacidad de la banda para mantener la atención del oyente durante más de 40 minutos es un testamento de su destreza.
Más que un álbum de rock, esta ambiciosa estructura sin cortes funciona como una sinfonía de temas que aparecen, se desvanecen y vuelven a reaparecer, variaciones rítmicas, melodías trenzadas y climas narrativos que remiten tanto al barroquismo del folk como a la energía épica del rock. La instrumentación también incluye clavicordio, timbales, violín, xilófono, trompeta, saxofón, una sección de cuerdas…
Los fragmentos instrumentales son muchos pero siempre cortos, muy dinámicos. No hay relleno, no hay estancamiento. Lo que se nos propone en esta aventura musical impresionante y vitalista es un viaje musical sin interrupciones. Un deleite para el oído.

Histriónico, culto, creativo… Ian Anderson siempre desdeñó las tendencias y desafió las convenciones, siendo uno de esos músicos que construyen canciones montando historias, intentando crear imágenes y escenarios completos. A veces parece arrogante pero le sobran galones.
En la locura de Anderson, a pesar de burlarse de sus contemporáneos profesionales, siempre estaba la idea de impulsar la música de Jethro Tull para llevarla al siguiente nivel. La fórmula dio en el clavo, hasta el punto de alcanzar el primer puesto en la lista de ventas en Estados Unidos y el quinto lugar en Inglaterra.
Thick As A Brick, concebido inicialmente como una burla del rock progresivo, acabó paradójicamente en clásico absoluto.
Traducir lo indescifrable
Thick As A Brick es una composición que trasciende su escandalosa duración para convertirse en una verdadera pieza extensa de poesía, y como tal, una obra tremendamente complicada de traducir.
Cuando años después tuve en mis manos el disco-periódico que acompañaba al álbum, me rompí la cabeza intentando descifrar sus versos armado con un precario diccionario de inglés de bolsillo, sin tener ni idea de que intentaba traducir un torrente de metáforas y alegorías relativas a la fantasía y la vida campestre o medieval.

Un par de páginas interiores del periódico con sus diferentes secciones: artículos ficticios y noticias cómicas o absurdas. También se incluía un crucigrama y un «conecta los puntos». El diseño imita los tabloides amarillistas británicos de la época bajo un tono chistoso y psicodélico estilo Monty Phyton. Gerald Bostock protagonizaba la noticia de portada. En ella, un jurado recomienda, sin dilación, tratamiento psiquiátrico para el chico por haber escrito el poema «Thick as a brick» (más abajo se leía que Little Milton ha sido condenado por el embarazo de una colegiala de 14 años.)
El resultado fue tan previsible como doloroso y acabé derrotado, convencido de que nunca aprendería inglés. Hoy sonrío al recordarlo, porque sé que comprender la totalidad del mensaje de este disco y sus textos a menudo absurdos y surrealistas daría para una tesis.
Para entender de qué hablo, véase la traducción de Thick As A Brick al español en sitios como www.ferhiga.com
De todas formas tampoco hay que darle tantas vueltas si consideramos que todo aquello constituyó una travesura de Anderson, maestro de la provocación y el desconcierto.
Un juglar al frente del escenario
Las giras de Jethro Tull en aquellos años cimentaron la reputación de una banda inclasificable y teatral, capaz de sorprender al público con representaciones únicas en directo. Anderson y su flauta travesera, con la icónica pose del flamenco sobre una pierna, los solos contundentes de Barre y la percusión de Barlow, fueron memorables en su conjunto.

La figura central era Ian Anderson, un escocés inquieto amante del blues y la vida campestre, músico autodidacta, virtuoso de la flauta, compositor, vocalista, multinstrumentista y showman. Para bien y para mal, el corazón y motor de Jethro Tull siempre fue un Anderson brillante y acaparador.
La conocida pose del flamenco sobre una pierna –que nació casi por accidente, mientras tocaba la armónica apoyándose en el pie del micrófono– acabaría convirtiéndose en el emblema visual de la banda, repetido hasta la saciedad en portadas y en los escenarios, haciendo de Anderson un icono reconocible a medio camino entre el bardo y la estrella del rock.
Así funcionaba la banda, y lo hacía como un reloj, sincronizando a la perfección el material acústico, orquestal y eléctrico.
La huella indeleble de un disco
Supongamos que Jethro Tull no es una banda para todos los paladares, y tampoco sé muy bien qué hago recomendando Thick As A Brick en estos tiempos… pero lo cierto es que este trabajo siempre merece ser escuchado para deleitarse explorando matices y detalles sonoros de alto nivel.
Medio siglo después de su publicación, Thick As A Brick mantiene la categoría de imprescindible, un hito que aún resuena por su mística, potencia y rebeldía y que demuestra la ambición artística y la creatividad que definieron el rock de los setenta.
Su complejidad y dinamismo ha maravillado a generaciones de músicos y oyentes, incluso su portada —el legendario periódico que acompañaba el vinilo— continúa siendo un referente de ingenio gráfico y de experimentación con el formato.
La habilidad de la banda para mezclar géneros, su actitud desafiante hacia las convenciones musicales y el ingenio en la composición, han inspirado y siguen inspirando a numerosos músicos y bandas dentro y fuera del ámbito del rock progresivo.

La banda británica tiene además un catálogo inmenso, lleno de armonías tan bellas como inspiradoras que confirman su lugar en la historia. He aquí una selección de algunas de ellas (por orden cronológico):
- Look Into The Sun
- Inside
- Life’s a Long Song
- Mother Goose
- Wond’ring Aloud
- Living In the Past
- Life Is a Long Song
- Witches Promise
- Skating Away
- Pied Paper
- Songs From The Wood
- Jack-in-the-Green
- The Whistler
- One Brown Mouse
- Warm Sporran
- Dun Ringill
- Cheerio
Esta lista sirve como un mapa de las musas que han guiado a Ian Anderson y su banda a lo largo de los años, un conjunto de canciones que reflejan un amor profundo por el folklore, transportándonos a un escenario de antiguos bosques y rituales paganos, revelando al mismo tiempo un lado introspectivo y melancólico, con reflexiones sobre el paso del tiempo y la búsqueda de un lugar en el mundo.
Jethro Tull refuerza ese tipo de conexiones, sugiriendo una música que no se limita al rock sino que bebe directamente de la tradición, la sencillez y la belleza.
Así que no te dejes intimidar por Thick As A Brick: ni por su concepto musical ni por su duración. Estamos demasiado acostumbrados a canciones de cuatro minutos con estructuras simples y este álbum juega en otra liga. Además, si sobrevives a maratones de series, puedes con esto de sobra.
De lo que sí estoy seguro es de que muy pocas veces un disco tan complejo ha resultado, al mismo tiempo, tan disfrutable como Thick As A Brick.
Jethro Tull, Live at Madison Square Garden, NYC (1978) Thick as a Brick, lógicamente en versión abreviada, y de regalo un solo de flauta y Songs from The Wood
Jethro Tull: Thick As A Brick
LYRICS
Really don’t mind if you sit this one out
My words but a whisper, your deafness, a shout
I may make you feel but I can’t make you think
Your sperm’s in the gutter, your love’s in the sink
So you ride yourselves over the fields
And you make all your animal deals
And your wise men don’t know how it feels
To be thick as a brick
And the sand castle virtues are all swept away
In the tidal destruction, the moral melee
The elastic retreat rings the close of play
As the last wave uncovers the newfangled way
But your new shoes are worn at the heels
And your suntan does rapidly peel
And your wise men don’t know how it feels
To be thick as a brick
And the love that I feel is so far away
I’m a bad dream that I just had today
And you shake your head
And say that it’s a shame
Spin me back down the years
And the days of my youth
Draw the lace and black curtains
And shut out the whole truth
Spin me down the long ages
Let them sing the song
See there, a son is born
And we pronounce him fit to fight
There are blackheads on his shoulders
And there he pees himself in the night
We’ll make a man of him
Put him to trade
Teach him to play monopoly
And how to sing in the rain
The poet and the painter
Casting shadows on the water
As the sun plays on the infantry
Returning from the sea
The doer and the thinker, no allowance for the other
As the failing light illuminates the mercenary’s creed
The home fire burning, the kettle almost boiling
But the master of the house is far away
The horses stamping
Their warm breath clouding
In the sharp and frosty morning of the day
And the poet lifts his pen
While the soldier sheaths his sword
And the youngest of the family
Is moving with authority
Building castles by the sea
He dares the tardy tide
To wash them all aside
The cattle quietly grazing at the grass
Down by the river
Where the swelling mountain water
Moves onward to the sea
The builder of the castles
Renews the age-old purpose
And contemplates the milking girl
Whose offer is his need
The young men of the household
Have all gone into service
And are not to be expected for a year
The innocent young master
Thoughts moving ever faster
Has formed the plan
To change the man he seems
And the poet sheaths his pen
While the soldier lifts his sword
And the oldest of the family
Is moving with authority
Coming from across the sea
He challenges the son
Who puts him to the run
What do you do when the old man’s gone?
Do you want to be him?
And your real self sings the song
Do you want to free him?
No one to help you get up steam
And the whirlpool turns you way off beam
I’ve come down from the upper class
To mend your rotten ways
My father was a man of power
Whom everyone obeyed
So come on all you criminals!
I’ve got to put you straight
Just like I did with my old man
Twenty years too late
Your bread and water’s going cold
Your hair is short and neat
I’ll judge you all and make damn sure
That no one judges me
You curl your toes in fun
As you smile at everyone
You meet the stares
You’re unaware
That your doings aren’t done
And you laugh most ruthlessly
As you tell us what not to be
But how are we supposed to see
Where we should run?
I see you shuffle in the courtroom
With your rings upon your fingers
And your downy little sidies
And your silver-buckle shoes
Playing at the hard case
You follow the example of the comic-paper idol
Who lets you bend the rules
So, come on you childhood heroes
Won’t you rise up from the pages
Of your comic-books, you super crooks
And show us all the way?
Well, make your will and testament
Won’t you join your local government?
We’ll have superman for president
Let robin save the day
You put your bet on number one
And it comes up every time
The other kids have all backed down
And they put you first in line
And so you finally ask yourself
Just how big you are
And you take your place in a wiser world
Of bigger motor cars
(And you wonder who to call on)
So, where the hell was biggles
When you needed him last Saturday?
And where are all the sportsmen
Who always pulled you through?
They’re all resting down in cornwall
Writing up their memoirs
For a paperback edition of the boy scout manual
See there, a man is born
And we pronounce him fit for peace
There’s a load lifted from his shoulders
With the discovery of his disease
We’ll take the child from him, put it to the test
Teach it to be a wise man, how to fool the rest
We will be gearing toward the average
Rather than the exceptional
God’s an overwhelming responsibility
We walked through the maternity ward
And saw 218 babies wearing nylons
It says here that cats
Are on the upgrade, upgrade?
In the clear white circles of morning wonder
I take my place with the lord of the hills
And the blue-eyed soldiers
Stand slightly discolored
In neat little rows
Sporting canvas frillswith their jock-straps pinching
They slouch to attention
Whilst queuing for sarnies
At the office canteen
Singing, how’s your grannie?
And good old ernie
He coughed up a tenner
On a premium bond win
The legends worded in the ancient tribal hymn
Lie cradled in the seagull’s call
And all the promises they made
Are ground beneath the sadist’s fall
The poet and the wise man stand behind the gun
And signal for the crack of dawn, light the sun
Do you believe in the day?
The dawn creation of the kings has begun
Soft venus lonely maiden
Brings the ageless one
Do you believe in the day?
The fading hero has returned to the night
And fully pregnant with the day
Wise men endorse the poet’s sight
Do you believe in the day?
Do you? Believe in the day!
Let me tell you the tales of your life
Of your love and the cut of the knife
The tireless oppression the wisdom instilled
The desire to kill or be killed
Let me sing of the losers who lie
In the street as the last bus goes by
The pavements are empty
The gutters run red
While the fool toasts his God in the sky
So, come all ye young men
Who are building castles
Kindly state the time of the year
And join your voices in a hellish chorus
Mark the precise nature of your fear
Let me help you to pick up your dead
As the sins of the father are fed
With the blood of the fools
And the thoughts of the wise
And from the pan under your bed
Let me make you a present of song
As the wise man breaks wind and is gone
While the fool with the hour-glass
Is cooking his goose
And the nursery rhyme winds along
So, come all ye young men
Who are building castles
Kindly state the time of the year
And join your voices in a hellish chorus
Mark the precise nature of your fear
See, the summer lightning
Casts its bolts upon you
And the hour of judgement draweth near
Would you be the fool stood in the suit of armour
Or the wiser man who rushes clear?
So, come on you childhood heroes
Won’t you rise up from the pages
Of your comic-books, your super-crooks
And show us all the way?
Well, make your will and testament
Won’t you join your local government?
We’ll have superman for president
Let robin save the day
So, where the hell was biggles
When you needed him last Saturday?
And where are all the sportsmen
Who always pulled you through?
They’re all resting down in cornwall
Writing up their memoirs
For a paperback edition of the boy scout manual
Of course
So you ride yourselves over the fields
And you make all your animal deals
And your wise men don’t know how it feels
To be thick as a brick
This article is incredibly engaging! The deep dive into Thick As A Brick is fascinating, especially the behind-the-scenes story and the albums clever concept. It makes me want to listen to it all over again and appreciate its complexity. Highly recommended for any music fan!