Categoría: Malditos, locos y atormentados

La moto de Lawrence

El 13 de mayo de 1935, Thomas E. Lawrence acudió en moto a la oficina de correos de Bovington para enviar un telegrama a un amigo. A la vuelta, cerca ya de su casa de Clouds Hill, se vio obligado a realizar una brusca maniobra con la Brough Superior SS 100 (motocicleta de la que

Lawrence, alma de la arena candente

«Existen dos clases de hombres: aquellos que duermen y sueñan de noche y aquellos que sueñan despiertos y de dí­a… esos son peligrosos, porque no cederán hasta ver sus sueños convertidos en realidad». T. E. Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia. Corrí­a el año 1917 y los turcos se habí­an aliado con los alemanes

El guardián entre el centeno de J. D. Salinger

Abrí­ El guardián entre el centeno cuando el tren que me llevaba desde algún lugar de Suecia hasta la capital echaba a andar. Lo hice con resignación, tení­a que afrontar de alguna manera las siete horas de viaje que tení­a por delante. Luego quise que el viaje durase más para que me diese tiempo a

La última búsqueda de «El Dorado»

Percy Fawcett se adentró en el Amazonas el 20 de abril de 1925. Lo acompañaba su hijo mayor, Jack, y el propósito de la expedición era descubrir la civilización que habí­a dado origen a la leyenda de El Dorado. Tení­a 57 años, medí­a un metro ochenta de estatura y todos los periódicos aireaban las hazañas

Guy de Maupassant: creación y desintegración

«Tengo miedo de mi mismo, tengo miedo del miedo; pero, ante todo, tengo miedo de la espantosa confusión de mi espí­ritu, de mi razón, sobre la cual pierdo el dominio y a la cual enturbia un miedo opaco y misterioso.» Guy de Maupassant

H. P. Lovecraft, caballero del horror

«La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido». H. P. Lovecraft La literatura fantástica cobró fuerza bajo el romanticismo de finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, cuando una serie de autores

El excéntrico Sir Cavendish (II)

Nos habíamos acercado en un artículo anterior a la personalidad retraída de Henry Cavendish (1731-1810), quien según parece tení­a una voz chillona, casi desquiciada. Un hombre increí­blemente tí­mido y distraí­do que casi nunca hablaba. Jamás intercambiaba palabras con más de una persona a la vez y de hacerlo sólo en caso de necesidad y de

¡Oh, hermoso batracio!

Muchas historias se han contado sobre el naturalista y explorador Charles Waterton (1782-1865), algunas difí­cilmente verificables pero que se suman para darnos un retrato del arquetipo del excéntrico aristócrata inglés.
Privacidad y cookies

Utilizamos cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mismas Enlace a polí­tica de cookies y política de privacidad y aviso legal.

Pulse el botón ACEPTAR para confirmar que ha leído y aceptado la información presentada


ACEPTAR
Aviso de cookies