Categoría: Gafas sucias

La mano invisible que nos ha levantado la cartera

A pesar de que el asunto es grave no deja de tener su gracia. Uno ve por televisión las caras de decepción del personal (esos polí­ticos sudando tinta mientras tratan de convencernos de que aquí­ no pasa nada, esos corredores de bolsa echándose las manos a la cabeza en Wall Street) y no puede menos

Philip Marlowe en «El sueño eterno»

Como prometí­, y la promesa de los hombres de un bloque es ley, he de seguir rescatando más frases de Raymond Chandler puestas en boca de su detective. Dicho y hecho; he aquí­ unas cuantas pertenecientes a El sueño eterno (The Big Sleep, 1939).

Habla Marlowe, Philip Marlowe

Los años le endurecieron forjando en él un carácter cí­nico. Pero bajo la piel del inmortal detective creado por Raymond Chandler se oculta una persona observadora, amante del ajedrez, la poesí­a y la belleza en todas sus formas, alguien que contempla la vida con ironí­a y aire de pertinaz y amargo individualismo. Aparte de todo

Las locuras del Zar

Con una estatura de 2,04 m. y una fortaleza fí­sica que le permití­a doblar monedas con los dedos, el zar Pedro I Alekséievich o Pedro I de Rusia, apodado Pedro el Grande (1672-1725) emprendió a principios del S. XVIII una ambiciosa polí­tica de reformas destinada a cambiar el imperio ruso de arriba a abajo para

Secondigliano, el barrio más peligroso del mundo

Los napolitanos dicen (y no sin razón) que cuando Oriente Medio se pacifique un poco, Secondigliano volverá a ser el barrio más peligroso del mundo. Secondigliano es un barrio relativamente moderno de Nápoles, un antiguo barrio dormitorio que se ha ido acercando al centro de la ciudad gracias al desarrollo urbaní­stico. A los problemas tí­picos

El antropólogo inocente: etnografí­a con humor

Nigel Barley es un antropólogo recién doctorado, un joven británico algo torpe que en 1978 decide emprender un viaje de investigación sin mucho entusiasmo, simplemente porque sabe que eso es lo que debe hacerse cuando uno ha estudiado en Oxford, cuna de intrépidos trotamundos y prestigiosos especialistas.

Eddie «El Águila» Edwards. El pegayesos que cambió las reglas del olimpismo

En la ceremonia de clausura de los Juegos Olí­mpicos de Invierno celebrados en Calgary (Canada) en 1988, Samaranch, entonces presidente del COI, decí­a ante los micrófonos: «En estos Juegos algunos atletas han ganado medallas de oro, otros han batido récords y uno incluso ha volado como un águila». No pudo seguir. Miles de gargantas prorrumpieron
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